El enstusiasmo que Quentin Tarantino suscita en el Festival de Cannes es único: Ningún otro director goza de tan devotos seguidores como el director estadounidense que hoy presentó a concurso "Inglourious Basterds", su propia versión del cine bélico.
Aplaudido con fervor desde los títulos de crédito iniciales, la película podría ser descrita como una fantasía judía de venganza con mucha comedia, pero en rueda de prensa el director aseguró que sobre todo se trata de una película en la que sus personajes cambian la guerra, el rumbo de la historia. "Eso no pasó, pero si hubiesen existido hombres como mis personajes, habría pasado".
Los "Inglourious Basterds", un título prestado de la película de Enzo Castellari "Inglorius Bastards" (en su traducción al inglés, 1978), son un grupo de judíos que mataban a nazis en la Francia ocupada.
Con un reparto internacional, en el que se respetan las nacionalidades de los personajes, Brad Pitt da vida al teniente Aldo "El Apache", un personaje inspirado en los galanes del Hollywood de los años 40 y que se lleva como recuerdo la cabellera de los nazis que va matando.
Los alemanes Diane Krger, Daniel Brhl, Till Schweiger y Christoph Watlz completan un reparto en el que el canadiense Mike Meyers viste el uniforme británico.
A excepción de Schweiger, todos ellos acudieron hoy a la presentación de la cinta, en la que intercambiaron bromas, elogios e incluso besos.
Tarantino, que dijo sentirse un "dios", aunque sólo como creador de sus personajes, aseguró que siempre tuvo en mente presentar en Cannes la película, porque ese es el "nirvana" que todo cineasta quiere alcanzar.
"Para muchos no hay lugar como Cannes y lo más importante es que el cine importa. No sólo son imágenes", añadió el director, que sigue fascinado con el hecho de que aquí se reúna gente de todo el mundo por el cine.
"Soy un director estadounidense pero hago películas para el planta Tierra y Cannes representa eso", señaló.
Aplaudido con fervor desde los títulos de crédito iniciales, la película podría ser descrita como una fantasía judía de venganza con mucha comedia, pero en rueda de prensa el director aseguró que sobre todo se trata de una película en la que sus personajes cambian la guerra, el rumbo de la historia. "Eso no pasó, pero si hubiesen existido hombres como mis personajes, habría pasado".
Los "Inglourious Basterds", un título prestado de la película de Enzo Castellari "Inglorius Bastards" (en su traducción al inglés, 1978), son un grupo de judíos que mataban a nazis en la Francia ocupada.
Con un reparto internacional, en el que se respetan las nacionalidades de los personajes, Brad Pitt da vida al teniente Aldo "El Apache", un personaje inspirado en los galanes del Hollywood de los años 40 y que se lleva como recuerdo la cabellera de los nazis que va matando.
Los alemanes Diane Krger, Daniel Brhl, Till Schweiger y Christoph Watlz completan un reparto en el que el canadiense Mike Meyers viste el uniforme británico.
A excepción de Schweiger, todos ellos acudieron hoy a la presentación de la cinta, en la que intercambiaron bromas, elogios e incluso besos.
Tarantino, que dijo sentirse un "dios", aunque sólo como creador de sus personajes, aseguró que siempre tuvo en mente presentar en Cannes la película, porque ese es el "nirvana" que todo cineasta quiere alcanzar.
"Para muchos no hay lugar como Cannes y lo más importante es que el cine importa. No sólo son imágenes", añadió el director, que sigue fascinado con el hecho de que aquí se reúna gente de todo el mundo por el cine.
"Soy un director estadounidense pero hago películas para el planta Tierra y Cannes representa eso", señaló.