Roy Scheider en escalofriante escena de "Tiburón"
"¡No entres al agua!", grita desesperada una madre a su pequeño hijo mientras este la mira desde la orilla. En casi todas las playas del mundo se repite el mismo alarido en época estival. Algunos lo miran como una simple preocupación natural al ver a un niño acercándose al agua, pero para otros el aullido produce una reacción de pánico que conlleva a concentrar la mirada en las aguas en búsqueda de alguna sombra negra.
Yo pertenezco a esa generación, la que mira el agua tratando de visualizar una mancha oscura o una aleta. Este temor me fue incubado hace treinta años. ¿El culpable? "Jaws" o "Tiburón" como fue traducida aquí. Una película que marcó la vida de una generación y que personalmente afectó mis sueños y, sobre todo, mis pesadillas de infancia.
Este 5 de junio se cumplen tres décadas desde el estreno de "Tiburón". En 1975, el entonces joven director de 27 años Steven Spielberg llevó al cine el best seller de Meter Benchley con un nivel de suspenso jamás visto en el cine y que le significó obtener tres Oscar: mejor sonido, mejor música incidental y mejor edición de película.
Todo partía con una joven mujer que se aventura a nadar de noche, desnuda, por las aguas de Amity, comunidad situada en la costa este de Estados Unidos, en Nueva Inglaterra. De pronto es atacada por algo que la audiencia sólo intuye es un tiburón. Nada se ve, sólo la joven siendo sumergida por una extraña fuerza mientras de fondo se escucha la célebre melodía de John Williams.
La pequeña localidad de Amity es aterrorizada por los sucesivos ataques del "gran tiburón blanco". El jefe policial Martin Brody, interpretado por Roy Scheider, quiere cerrar las playas, pero el alcalde Vaughn (Murray Hamilton) no quiere espantar a los turistas, fuente de ingreso durante la temporada veraniega. Finalmente, sucesivos ataques de la "bestia" obligan al científico Richard Dreyfuss, al pescador Quint (Robert Shaw) a unir fuerzas en una desesperada cacería para dar muerte al "gran tiburón blanco" de tres toneladas de peso.
La cinta de Spielberg ha sido catalogada como un género múltiple: ciencia ficción, horror, y suspenso, que logró captar los miedos más viscerales del hombre. Pero el tema no era nada nuevo. Tanto Spielberg, como el autor Benchley's, tomaron prestados elementos de varias fuentes para dar vida a la bestia.
"Moby Dick" de Herman Melville (1851) y la determinación del capitán Ahab de capturar a un monstruo marino (una gran ballena blanca) es quizás la evocación más obvia de "Tiburón". Pero sin duda la referencia más clara y menos conocida procede de la obra de Henrik Ibsen (1882) "El enemigo del pueblo", que relata la historia del apogeo económico de la familia del Doctor Stockman y del balneario termal en el que viven y donde el buen doctor descubre la existencia de una bacteria en el agua que representa un peligro inminente para toda la población. Asumiendo la responsabilidad que esta revelación supone, intenta persuadir a la clase política –que también incluye a su familia- para reconocer este problema y realizar las inversiones necesarias para solucionarlo. Sin embargo, dado que este hallazgo atenta contra el poder y los bolsillos de la clase dominante, no sólo se encontrará sin apoyo, sino también presionado a negar públicamente sus ideas bajo amenaza de perder todo aquello que le proporciona un lugar de prestigio en la sociedad. ¿Le suena?
Otros trabajos, como las expediciones de tiburones de Peter Gimbel y libros como "En la búsqueda del gran tiburón blanco", alimentaron el mito.Mientras, cintas de terror como "La criatura de la laguna negra" (1954) y "El monstruo que amenazó al mundo" (1957) fueron vitales al momento de darle un giro más terrorífico al tiburón blanco.
Pero sin duda lo que más marcó la obra de Spielberg y que la validó como algo que "podía suceder" fueron los relatos reales de ataques de tiburones. La historia más evocativa es "El incidente de Nueva Jersey" ocurrido en 1916. En el transcurso de dos semanas, cinco personas perdieron la vida tras sucesivos y sangrientos ataques de tiburones.
No sé ustedes, pero 30 años después yo sigo mirando el agua antes de bañarme en el mar.