14 noviembre 2009

"Bored to death": La última gran serie de HBO

La nueva comedia estrella del cable fue creada por un sujeto que no tiene idea de televisión y que, de he hecho, ni tenía un aparato televisivo en su casa. Jonathan Ames, escritor de culto norteamericano, 45 años, creativo, raro, genial, distinto, quería hacer una comedia televisiva diferente y HBO creyó en él. No a ciegas, pero sí como ningún otro canal podría confiar en alguien con su historial de boxeador empedernido -y casi siempre perdedor-, farrero, anti sistema y disperso. En una idea, un artista bohemio por el que nadie apostaría. Pero confiaron en él para producir una de las series más sorpresivas de la temporada, "Bored to death", una historia acerca de un escritor llamado Jonathan Ames. Así, como su creador.

"Es sólo un alcance de nombre, esto no es una biografía", ha dicho con ironía el actor Jason Schwartzman, primo de Sofia Coppola, sobrino de Francis Ford Coppola, actor joven "indie" ( "Viaje a Darjeeling") y quien encarna al protagonista Jonathan Ames, un joven escritor de Brooklyn que es dejado por su novia cuando ella ya no soporta más sus farras y su adicción por el vino blanco. "Cuando supe que Jonathan Ames iba a hacer una serie para HBO pues no pude dejar de participar en ella", anota Jason Schwartzman, quien ya había oído hablar del trabajo del creador de "Bored to death", cuyas novelas y escritos tienen la fama de ser provocadores y muy divertidos.

Y mucho de esa vertiente destila el creador Jonathan Ames en esta serie (debuta en Perú el 22 de noviembre, a las 22.00 horas, por HBO), una producción que se mueve en la idea del anti heroísmo, la moral del outsider y la capacidad de reírse de las fallas de sus personajes. Porque "Bored to death" tiene algo del mundo creativo de Woody Allen, con un protagonista débil, chistosamente derrotado y con una atractiva ciudad de Nueva York como telón de fondo. Pero yendo un paso más allá de la zona alleniana, hay que añadirle el factor detectivesco de las novelas negras o de detectives de autores como Raymond Chandler. Gracias a esa fórmula y mezcla única es que "Bored to death" ha sacado del aburrimiento a más de cinco millones de espectadores en Estados Unidos y ha cosechado elogiosas críticas esta temporada en el cable. "Es la mejor comedia de la temporada", reseñó The New York Times. Y The Wall Street Journal anotó que se trata de una "inspirada comedia".

Lo inspirado viene cuando el protagonista, Jonathan Ames, no puede salir de su bloqueo creativo mientras escribe su segunda novela, y como una forma de llamar a las musas inspiradoras, es que pone un aviso en la prensa donde ofrece sus servicios de detectives. El problema es que no sabe nada de detectives ni de misiones policíacas. Su mejor amigo, un artista del mundo del cómic llamado Ray Hueston (Zach Galifianakis, el gordo de "Qué pasó ayer"), se lo enrostra a cada momento, pero Jonathan no toma nota: "Sé todo lo que hay que saber. Me he leído todas las novelas policíacas", ruge y lo que viene es su delirante decisión de tomar casos de infidelidad, extorsiones y "disfrazarse" con impermeable y mucho gel al estilo Humphrey Bogart.

Es tan grande su delirio que su jefe y mentor, el adinerado y mayor George Christopher (un genial Ted Danson), le cree a puntillas y le pide participar de sus andanzas detectivescas. Dice el creador de la serie sobre este "complejo de héroe" de sus personajes, una manada de hombres a la deriva de la ineptitud. "Yo mismo he resuelto casos como detective, sin serlo, pero sólo en casos que nadie quiere tomar como seguir a un esposo infiel. Mal no me ha ido. Se siente bien. Y creo que por eso mi protagonista quiere ser un detective. Para compensar el hecho de que su vida es un desastre".

A riesgo de caer en lo que se llama despectivamente humor inteligente, gran parte de los puntos altos de "Bored to death" se debe a la familiaridad que reflejan en pantalla los miembros del elenco. Y esa cómica naturalidad se sustenta en una envidiable colaboración, más propia de una producción de espíritu "indie" alternativa, que una de las series que más caja deja en la TV gringa. Y ahí está la clave. "Bored to death" se ha construido como si fuera una serie de todos los involucrados. No es la exclusiva visión de un empoderado productor que sólo quiere dinero. Esto es lo más cercano al arte de la cooperación para hacer arte