29 noviembre 2006

La joya escondida de la cartelera da un paso en su camino al Oscar

Nada hacía presagiar que "Pequeña miss Sunshine" sería un éxito. El autor es Michael Arndt, un desconocido que por años trabajó como asistente de guionistas y actores. Los directores, el matrimonio compuesto por Jonathan Dayton y Valerie Faris, sólo habían hecho videoclips y cortometrajes. Seis estudios la rechazaron y la preproducción tardó cinco años, hasta que por fin pudieron conseguir US$ 8 millones para hacer la película.

Y la trama -una comedia sobre un accidentado viaje en carretera- sonaba demasiado trillada como para hacerse notar.
Con pocas expectativas, el filme se estrenó en el Festival de Sundance en enero de este año. ¿Resultado? Una ovación del público y la adoración de los críticos. En julio llegó a apenas siete salas de EE.UU. y la alta recaudación de su primer fin de semana hizo que la distribuidora Fox Searchlight aumentara a 690 salas. Hasta hoy la película ha recaudado más de US$82 millones en el mundo y es el filme más exitoso del estudio después de "Entre copas" (2004).
La historia se centra en la disfuncional familia Hoover: el padre (Greg Kinnear) está obsesionado con convertirse en un empresario exitoso vendiendo un programa motivacional. La madre (Toni Colette) sufre al ver cómo el marido gasta el presupuesto de la familia en su fracasado negocio, mientras tiene que hacerse cargo de su hermano (Steve Carrell), que sobrevivió a un intento de suicidio. El hijo mayor lleva nueve meses sin hablar y sólo se comunica a través de gestos y la hija menor, Olive (Abigail Breslin, "Señales"), sueña con ganar el concurso de belleza infantil "Pequeña miss Sunshine", gracias al permanente incentivo de su abuelo (Alan Arkin). Cuando Olive queda seleccionada entre las finalistas, la familia completa tendrá que viajar por todo el país en una van que se cae a pedazos para llegar al evento.

La cinta, ha sonado todo el año como candidata fuerte a los premios de la Academia, especialmente en la categoría Mejor Actor Secundario, para Arkin. Ayer dio un primer paso en esa dirección, convirtiéndose en el filme más nominado a los Independent Spirit Awards, que se entregan el 24 de febrero, un día antes que el Oscar. Entre las cinco categorías a las que postula, destaca la de Arkin, la de Mejor Película y Mejor Director.

OTROS NOMINADOS A LOS INDEPENDENT SPIRIT AWARDS

"HALF NELSON"

Este filme sobre un profesor drogadicto empató con cinco nominaciones a "Pequeña miss Sunshine". Está nominada a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Primer Guión, Mejor Actriz (Shareeka Epps) y donde más suena es en Mejor Actor, para Ryan Gosling.

DOS LATINAS

"El laberinto del fauno", de Guillermo del Toro, y "Crónica de una fuga", del uruguayo Adrián Caetano, consiguieron menciones. La primera en la categoría Mejor Película, y la segunda en Mejor Película Extranjera. Ambas historias tratan sobre dictaduras.

DISTINCIÓN ESPECIAL

El cineasta David Lynch y la actriz Laura Dern serán reconocidos por "Inland Empire", que se estrena el 15 de diciembre en EE.UU. También se espera una mención para el fallecido Robert Altman, que está nominado a Mejor Director por "A prairie home companion".

25 noviembre 2006

El Gran Truco : Película mágica y misteriosa

Hace unos años, seis, para ser precisos, una película se estrenaba con una lista de implícitas recomendaciones para ser mirada. A saber: por ninguna circunstancia se levante de su asiento durante la proyección; no baje ni despegue la vista de la pantalla; ni siquiera para buscar caramelos, chicles o palomitas de maíz, y, haga lo que haga, no exponga sus teorías sobre la trama durante la función. El film se llamaba Memento , recuerdos de un crimen y erala ópera prima del director británico Christopher Nolan. Y hasta aquellos espectadores que respetaban las instrucciones de uso no sabían exactamente qué habían visto al salir del cine.

Algunos decían que se trataba, al mismo tiempo, de un thriller y un juego de cajas chinas con un retazo del argumento metido en cada una de ellas, que se abría sin respeto alguno por la cronología que enseñan los manuales de escritura de guión. El resultado era fascinante. Y ahora Nolan lo hizo de nuevo. Seis años después de Memento, recuerdos de un crimen y convertido en el director de la renacida saga de Batman, el realizador volvió a dinamitar la estructura de un guión para luego juntar las piezas a su propio aire para obtener El gran truco.

"¿Estás mirando atentamente?", pregunta uno de los personajes principales a un público al que intenta fascinar o engañar, depende de cómo se interprete el trabajo que hacen los magos cuando se suben al escenario. La pregunta bien podría estar dirigida a los espectadores de la película, que fue concebida con la misma estructura que tienen los trucos de magia según los protagonistas. "Todos los grandes trucos de magia consisten en tres actos: el primero se llama la promesa. Allí, el mago te muestra algo común y corriente pero, por supuesto, probablemente no lo sea", dice Cutter, el ingeniero que interpreta Michael Caine, el encargado de lidiar con dos jóvenes ilusionistas empeñados en ser el mejor de su tiempo.

En el acto de apertura de la película truco se mostrará entonces cómo comenzó y cómo terminó esa rivalidad. Y, como corresponde, nada será lo que parece. Pero eso vendrá después, cuando llegue el segundo acto: el cambio, donde lo común se vuelve extraordinario y el público se rasca la cabeza tratando de adivinar qué fue lo que vio. "Nos llevó mucho tiempo convencer al estudio de hacer esta película, porque hasta ese momento nadie había hecho films con la magia como tema central y, a pesar de que les explicamos que acá lo mágico es apenas parte de la narrativa, fue complicado", dice Nolan, e intencionalmente o no, remite al El ilusionista, la otra película sobre magos.

Es que, de no haber films con esta temática, se estrenaron dos con un par de meses de diferencia. En ambas películas los protagonistas son magos de profesión y vocación, y las dos ocurren en los comienzos del siglo XX, cuando el público encontraba la magia tan fascinante como aterradora. Pero las similitudes terminan allí. Porque si El ilusionista es básicamente una historia de amor, El gran truco es una historia de obsesión y rivalidad entre dos hombres que, por momentos, parecen las caras de una misma moneda.
Abracadabra

"Hay algo escalofriante y muy extraño en la relación de estos dos tipos", explica Jonathan Nolan, hermano del director y su guionista desde la época de Memento. Estos dos tipos son Robert Angier, interpretado por el australiano Hugh Jackman ( X-Men: la batalla final ) y Alfred Borden, que está a cargo del galés Christian Bale, más conocido como Bruce Wayne o Batman, el primer personaje en el que lo dirigió Nolan. Ellos, Angier y Borden, se conocen como aprendices de mago y ambos ocultan orígenes muy distintos por razones bien diferentes. Y aunque comparten la ambición de ser el mejor ilusionista del Londres de principios del siglo XX, tienen estilos completamente diferentes.

Uno, Angier, es el hombre sofisticado que disfruta de la "venta" de su truco y del aplauso del público mientras que Borden parece siempre al borde de un ataque de ira y nada le gusta más que crear esas ilusiones, pero no en beneficio de la audiencia, sino en el de su propia arrogancia. "En esa época, los magos eran tan famosos como las estrellas de rock. Competían entre sí y sentían que debían superarse a sí mismos y a los demás todo el tiempo. Estos dos personajes llevan esa carrera demasiado lejos, a lugares demasiado oscuros", cuenta Jackman, sin dar demasiados detalles de una trama que cambiará de punto de vista tan rápido como se mueven las manos de los verdaderos magos.

Adaptado de una novela que el director leyó antes de convertirse en uno de los más buscados de Hollywood, este guión está lleno de pistas, de vueltas de tuerca que exigen tanta atención como la que muchos dedican a descubrir cómo funcionan los trucos de magia. "Cuando terminé de leer el guión, inmediatamente volví a leerlo, pero esta vez con toda la información nueva que tenía. Es atrapante", comenta escueto Bale, al que le faltan unos meses para volver a calzarse el disfraz del hombre murciélago.
La segunda entrega del nuevo Batman volverá a ser protagonizada por él y dirigida por Nolan. Ni los protagonistas ni el director ponen énfasis en los trucos que se ven en la pantalla. No es eso lo que importa, dicen, sino mostrar la lucha de estos dos seres tan complejos insertos en un guión plagado de ilusiones narrativas: puertas trampa, armarios con doble fondo y humo, y espejos que ocultan al espectador la próxima curva dramática. Pero alguien en el rodaje estaba verdaderamente interesado en cómo es eso de cortar a una mujer por la mitad.

Sir Michael Caine es un aficionado a la magia, y su interés no nació ayer. En contacto con la ilusión "Siempre me fascinaron estas cosas y tuve una fuente de información muy cercana. Cy Endfield, el director de la película Zulu que hice en 1964, era un mago experto. Muchos de los trucos de cartas que se utilizan hoy en día los inventó él. Era muy amigo mío, pero nunca me contó nada. Es más: hoy veo que algunos magos cuentan sus secretos por televisión, pero yo cambio el canal porque en realidad no quiero saber", dice Caine. Este hombre que lleva más de cuarenta años haciendo cine encuentra más de un punto de contacto entre su profesión y la de los que siempre llevan un as escondido bajo la manga. Y no tarda en mencionar a Georges Méliès, pionero del séptimo arte, que era un reconocido ilusionista cuando realizó Viaje a la Luna, una de las primeras películas de la historia del cine.
"Cuando Nolan hizo Batman inicia volvió a esas bases. Si mirás esa película, te das cuenta de que cada vez que Batman anda por los techos se mueve con un cable; la ingeniería del truco, como usaban los viejos magos, está ahí", dice el hombre que allí era Alfred y aquí es Cutter. Dos personajes que comparten más que su cara. "Creo que en estos dos films estoy ahí para aportar algo de humanidad a esos ambientes llenos de personajes extraños. Porque mi reacción es la misma que la de la audiencia. Hay dos estilos de actuación: existe el actor que todo el tiempo erige a su alrededor una foto, una imagen, y la muestra como diciendo: «Este soy yo. Ahora hago del lindo». Y luego está mi estilo. Yo levanto un espejo y digo: «Este sos vos»", concluye Caine. Y sin embargo, a punto de irse, parece acordarse de algo y, casi de pasada, aporta el cierre de la nota, el último acto del truco, eso que en la película llaman el prestigio. "En El gran truco ves a estos dos chiflados armando los trucos, peleándose, buscando destruirse y de lo que no te das cuenta es de que hay otro mago haciéndote entrar, caer, y ése es Christopher Nolan. Y sólo al final te das cuenta de que todo el film es un gran truco de magia."

Peliculas para todos los gustos se estrenan en el mundo

No sólo de temporada de premios vive la cartelera internacional. Acorde a la época del año, comienzan a sumarse las grandes producciones para las vacaciones y, cómo no, cintas navideñas. Aquí, algunos ejemplos de esa variedad.

"Una Navidad muy prendida": Jorge García, que arrasa en su papel de Hurley en la serie "Lost", está comenzando a transformarse en una presencia habitual del espectáculo estadounidense. Mientras la cadena ABC puso al exitoso programa en pausa hasta el 7 de febrero de 2007, García debutó este fin de semana en esta comedia (en inglés, "Deck the halls") que ha recibido duras críticas y donde tiene un papel secundario. Protagonizada por Matthew Broderick y Danny DeVito, narra las aventuras de dos vecinos que empiezan una violenta competencia por tener la casa con la decoración navideña más iluminada del barrio. García es Wallace, otro vecino que recurre a ambos para pedirles consejos amorosos.

"The fountain": Esta es una de las películas que debiera figurar en la temporada de premios. Es la última del cineasta Darren Aronofsky ("Réquiem para un sueño"), protagonizada por su esposa Rachel Weisz ("El jardinero fiel") y Hugh Jackman. Ambos protagonizan tres historias ambientadas en diferentes épocas. Un conquistador español del siglo XVI buscando en América el árbol de la vida; un cirujano en el siglo XXI buscando una cura para el tumor cerebral de su esposa; y un misterioso astronauta en el siglo XXVI. Originalmente, el filme lo iba a protagonizar Brad Pitt con un costo total de US$ 75 millones, pero lo dejó. Cuando se sumó Jackman, el presupuesto bajó a US$ 35 millones.

"Deja vu": De Tony Scott, este filme era uno de los que se estaba filmando en New Orleans al momento de ser devastada por Katrina. La producción se detuvo, pero se retomó tres meses después, con un equipo local, lo que ayudó a reestablecer en parte la economía de la zona. Protagonizada por Denzel Washington, cuenta la historia de un agente del gobierno que se ve involucrado en el asesinato de una mujer. Pero por causas sobrenaturales, él logra viajar en el tiempo para tratar de impedirlo. También actúan Val Kilmer y James Caviezel.

"El perfume": Es el gran estreno europeo de la temporada y ayer llegó a España. Se trata de la esperada adaptación de la popular novela alemana de Patrick Süskind. Tom Tykwer ("Corre Lola corre") dirige esta cinta sobre Jean-Baptiste Grenouille (Ben Wishaw), un oscuro personaje que utiliza su sobredesarrollado olfato trabajando para un perfumero en la creación de aromas únicos. Sin embargo, su búsqueda por la esencia perfecta lo lleva incluso al asesinato. También actúan Dustin Hoffman y Alan Rickman

24 noviembre 2006

A Scanner Darkly

Fui a ver este largometraje con cierto temor pues, aun en manos de uno de mis directores favoritos, temí que la legendaria novela de Philip K. Dick no fuera adecuadamente adaptada a la gran pantalla, como ha ocurrido con prácticamente todas las películas basadas en su obra (entre las peores, "Minority report", "Impostor" y "Paycheck"). En el caso de "A scanner darkly", el resultado es fiel al libro, aunque no del todo satisfactorio como producción cinematográfica. "Una mirada a la oscuridad" y "Valis" son los títulos de Philip K. Dick que más me gustan, pues no sólo cuentan historias de inusual fuerza e inteligencia, sino que adoptan un tono delirante que nos envuelve en el inestable estado mental del protagonista. Con esto, simultáneamente experimentamos su "realidad alternativa" y nos sumergimos en el contexto del libro, permitiendo una mayor identificación aun si el personaje es altamente disfuncional o si la situación es increíblemente bizarra. A pesar de mi fanatismo, trataré de ser tan objetivo como sea posible. No esperen mucho.

"A scanner darkly" se desarrolla en el futuro cercano, cuando la adicción de moda es la Sustancia D, una droga psicotrópica con extraños efectos bipolares. Ahí encontramos al agente Fred (Keanu Reeves) y seguimos la investigación que realiza en torno a un traficante de bajo nivel llamado Bob Arctor, quien pasa el día en su escuálida casa, consumiendo drogas y platicando incoherencias con sus amigos. Sin embargo, por trabajar en ese bajo mundo, Fred quizás sea ya adicto a la Sustancia D, lo cual hará mucho más difícil su investigación... a pesar de que Arctor está más cerca de lo que Fred imagina.

Entiendo la enorme dificultad de llevar a la pantalla los libros de Philip K. Dick. Sus argumentos son brillantes, pero por lo general tan exuberantemente originales que si no fuera por su único estilo narrativo (simultáneamente profundo y prosaico), parecerían ridículos o hasta incomprensibles. El punto es que esa "voz" del autor es lo primero que se pierde al adaptar una novela a cine, por lo que el director Richard Linklater tuvo que encontrar el balance entre forma y fondo... entre las situaciones que narra el libro y el modo como Dick las cuenta y reinterpreta. Creo que esa es la justificación del estilo visual que Linklater utiliza para esta película. A primera vista parece que el rotoscopio (trazar dibujos sobre metraje videograbado) es un simple truco para adornar la cinta, pero en realidad es una emulación de la fracturada percepción del protagonista, donde nunca podemos estar seguros de la supuesta "realidad".

Y, claro, la técnica del rotoscopio es tan antigua como el cine mismo, pero su interpretación digital se ha vuelto más económica y eficiente, permitiendo a Linklater generar exóticos paisajes e inusuales imágenes que, de otra forma, hubieran costado demasiado para esta experimental producción semiindependiente. No obstante, una consecuencia negativa de esta técnica es que de algún modo atenúa las actuaciones del elenco, y sólo los intérpretes más frenéticos (Robert Downey Jr., desde luego) logran dar vida a sus personajes. Keanu Reeves, Winona Ryder y hasta Woody Harrelson pierden considerable capacidad expresiva (bueno, quizás Keanu no tanto), lo cual definitivamente afecta el nivel emocional de la película. En otras palabras, si no "sentimos" lo mismo que los personajes es difícil compenetrarnos en la trama.

Hablando de la trama, creo que la adaptación del libro es en ocasiones demasiado fiel, dejando intactas escenas que cambian de tono sin la mencionada "voz" omnisciente del escritor. Por ejemplo, la discusión que surge cuando un automóvil se descompone queda como simple comedia, en vez de adquirir la demencial atmósfera de una de esas repetitivas e inescapables pesadillas que la fiebre produce. Quizás Linklater debió impulsar más la creatividad de sus animadores en algunos de esos momentos, para enfatizar con imágenes lo que el guión y las enmudecidas actuaciones no lograron generar.

Me cuesta trabajo hacer una evaluación objetiva de "A scanner darkly" Por un lado, es una diestra y fiel adaptación del libro que da vida a los bizarros conceptos de Philip K. Dick y a sus enigmáticos personajes. Por otro lado, tiende a ser tan confusa que no estoy seguro de que transmita el elocuente mensaje de la novela. Como cinta psicodélica seguramente será disfrutada por muchas personas en estados "alternativos" de conciencia, pero como discurso intelectual sobre paranoia, adicción y control gubernamental creo que se quedó corta. Sin embargo, tengo que recomendarla aunque sea tan sólo como un fascinante experimento (quizás continuación estilística de "Waking life") que cumple parcialmente sus posibles objetivos. Y si uno de ellos fue promover el libro para que más gente lo lea... se puede ya considerar que el experimento tuvo un muy importante éxito.

El viaje de Chihiro

Desde hace ya muchos años, Hayao Miyazaki es uno de los referentes a seguir en la animación japonesa. Perdón: es el referente a seguir en la animación japonesa. Animador, productor, guionista y director, Miyazaki ha establecido una marca de la casa reconocible en todos sus productos, y gracias a sus obras el estándar que los occidentales esperamos de la animación japonesa es, si cabe, más alto a cada nuevo producto.

Las películas de Miyazaki están muy, muy lejos del grueso de la animación nipona. Por encima de corrientes y modas pasajeras, Miyazaki utiliza su cine como vehículo de historias y las historias como vehículos de mensajes, sin permitir jamás que la forma en la que se cuenta la historia (la animación) predomine por encima de la historia que se está contando. Alejado de sonidos y furias visualmente impactantes, pero ulteriormente vacías (y se puede citar como ejemplo la enormemente sobrevalorada Evangelion); el cine de Miyazaki es ante todo y sobre todo eso: Cine. Con mayúsculas. Cine que puede perder la odiosa coletilla de animación (odiosa cuando se emplea como elemento separador y marginativo), cine que puede codearse con cualquier otro tipo de cine en igualdad de términos, e inflarse a ganar festivales en todo el mundo, como el prestigioso Oso de Oro de Berlín y el Oscar a la mejor película de animación. En su última película, El viaje de Chihiro, Miyazaki vuelve a demostrar todo lo anteriormente dicho.

Partiendo de una historia aparentemente simple, Miyazaki nos regala una preciosa fábula sobre una Búsqueda, con todas las connotaciones clásicas: de rito iniciático y pérdida de la inocencia, de primer amor y de los esfuerzos en conservar la propia identidad en medio de un entorno cambiante.

Chihiro es una niña de unos diez años que, acompañada de sus padres, se dirige a su nuevo hogar. En el camino el padre se extravía y, después de empecinarse en hacer subir el coche por un auténtico camino de cabras, llega a la entrada de un extraño túnel en medio de un claro del bosque. A pesar de la negativa de Chihiro, a quien el túnel le da miedo, los padres se internan en él, para descubrir al otro lado lo que el padre describe como un parque temático abandonado.

Cuando están explorando el parque los padres encuentran un tenderete lleno de comida recién hecha, y se ponen a comer como si la vida les fuera en ello. Y parece que así era: cuando Chihiro vuelve de un pequeño paseo, encuentra que sus padres se han convertido en dos inmensos cerdos, y ella huye aterrorizada. Chihiro se da cuenta de que ya no está en Japón, sino en una tierra mágica con sus propios habitantes y reglas, reglas que Chihiro deberá conocer y seguir escrupulosamente si quiere regresar a su casa.

Y es este planteamiento argumental, tan aparentemente simple, el que da pie al tour de force maravilloso que es El viaje de Chihiro. Se nos va desgranando la aventura poco a poco, mediante una historia de pulso lento pero encomiablemente sostenido, de un simbolismo irresistible. Los espectadores vamos conociendo las reglas y los habitantes de este mundo mágico al mismo tiempo que Chihiro, quien comprende muy rápidamente que debe espabilar si quiere sobrevivir a este viaje al otro lado del espejo. En concreto, Chihiro comprende que debe hacer lo que jamás ha necesitado: trabajar para ganarse la vida, como sirvienta en el balneario de los dioses, regentado por la bruja Yubaba (¿quizá un homenaje a la mítica Baba-Yaga?). Por si eso fuera poco, la bruja le ha robado el nombre y, si quiere regresar a nuestro mundo (y rescatar a sus padres), debe recuperarlo. Mientras tanto, será conocida por los habitantes y empleados del balneario como Sen. La transformación se hace evidente: Sen es una niña responsable, valiente y trabajadora; en contraposición a la egoísta y despreocupada Chihiro. No deja de ser irónico, y simbólicamente delicioso, que todo cuanto Sen aprende del mundo de los kami lo empleará en abandonarlo, que cuanto más afianzada se encuentra Sen en su mundo, más cerca está de convertirse en Chihiro nuevamente y abandonarlo para siempre.

¿Qué decir de la animación? Como todo lo que sale del afamado Estudio Ghibli, es una obra maestra, tanto en lo relativo al estudio de personajes como en fondos y paisajes, y la misma animación de dichos personajes (la expresión facial de Chihiro). Sin embargo, otra exposición de la mera (y más que demostrada) destreza técnica del Estudio Ghibli no haría ni el más remoto asomo de justicia a la fuerza, la belleza y el simbolismo que destilan la gran mayoría de las escenas de la película: desde el tren con los raíles sumergidos y los fantasmales pasajeros hasta el dragón oriental perseguido y devorado en vuelo por pajaritas de papel origami, pasando por la transformación en cerdos de los padres de Chihiro, el amigo fantasmal de Sen y su espeluznante ataque de gula, la transformación de Yubaba, el maquinista del balneario,...

En resumidas cuentas, Hayao Miyazaki lo ha vuelto a hacer: El viaje de Chihiro es una obra maestra del cine. Cine a secas, sin más adjetivos. Siento ser reiterativo, pero creo que es el mejor cumplido que modestamente le puedo hacer a la que muy posiblemente sea la mejor película, sin barreras de géneros o nacionalidades, estrenada en cines en el 2001.

Fallece a los 76 años el actor Philippe Noiret

El actor francés Philippe Noiret, conocido mundialmente por su papel en 'Cinema Paradiso', entre otras películas, ha fallecido a los 76 años tras luchar durante meses contra un cáncer.

Su rostro bonachón y sereno le hicieron el elegido para interpretar al poeta chileno Pablo Neruda en la versión de Massimo Troisi y Michael Radford" en 1994.

Nacido el 1 de octubre de 1930 en Lille (norte de Francia), Noiret trabajó con algunos de los principales cineastas franceses, en particular Bertrand Tavernier, Louis Malle o Jean-Paul Rappeneau, pero también estuvo muy ligado al teatro, donde dio sus primeros pasos en la interpretación.

Muy apreciado en Italia, donde rodó junto a Mario Monicelli, entre otros directores, en 1988 tuvo un gran reconocimiento internacional por su papel en "Cinema paradiso".

23 noviembre 2006

Romance a la antigua y acción trae el nuevo 007

Apenas US$ 700 mil separaron a "Casino Royale", la última entrega de la saga de James Bond, de la película que le arrebató el primer lugar de la taquilla estadounidense el pasado fin de semana, la animada "Happy feet". Eso no afecta el asunto de fondo: el debut de Daniel Craig como el implacable agente es todo un éxito. En una semana ha recaudado US$ 88 millones en todo el mundo.


Como el nuevo Bond, Craig es un personaje más joven que el de Pierce Brosnan, su antecesor, e incluso menor que el de Sean Connery. Es mal genio, conquistador y desobediente. "Casino Royale" cuenta sus inicios al interior del selecto grupo de agentes "00" -aquellos con liciencia para matar- en MI-6. M (Judi Dench), su jefa, en más de una oportunidad frunce el ceño ante sus "travesuras".

En la cinta, Bond es enviado a un lujoso casino de Montecarlo para jugar una millonaria partida de póker con Le Chiffre, un criminal conocido por financiar grupos terroristas del mundo. M lo elige por sus habilidades para el juego: es tan bueno que incluso en una partida gana el clásico Aston Martin del 64 que se ha transformado en símbolo.

La cinta tiene escenas de acción acordes a los US$ 150 millones de su presupuesto. En un edificio en construcción, en los pasillos del casino y en una antigua casa en Venecia que colapsa y cae a uno de los canales de la ciudad.Sin embargo, el gran atractivo de la película es su buena cuota de sensualidad. El director Martin Campbell aprovecha al atlético Craig en varias tomas en traje de baño y hasta desnudo. Aunque el contexto de esa escena no es sexy: Le Chiffre lo está torturando.

También saca chispas su relación con Vesper Lynd, que vuelve a la clave de las cintas originales, cuando a nadie le espantaba que Bond tratara a las mujeres como objetos. El obstáculo es que el personaje de Lynd ha sido adaptado a los tiempos, así que su personalidad está a la altura de la del agente. Con toques de comedia romántica, sus escenas combinan amor y odio. Sin embargo, la relación de ambos tendrá trágicas consecuencias, suficientes como para hacer que este James Bond nunca más crea en el amor.

El cine recuerda y llora a Altman

Todo el mundo del cine llora hoy a Robert Altman, cuyo fallecimiento en Los Angeles se produjo a causa de un cáncer que padeció en silencio. "Trabajó a pesar de su enfermedad durante los últimos 18 meses, período que incluyó la realización de la película Noches mágicas de radio ", señaló un comunicado de la empresa productora de Altman, Sandcastle 5, dado a conocer a última hora de anteayer.

"No obstante -agregó el comunicado de Sandcastle-, su muerte resultó una sorpresa. Altman estaba preparando la producción de una película en cuya preproducción trabajaba y el rodaje iba a comenzar en febrero próximo." También se consignó allí que Kathryn Reed Altman -con quien el realizador se había casado en 1959, luego de dos fracasos matrimoniales-, los seis hijos del matrimonio, 12 nietos y cinco bisnietos "lo acompañaron hasta el final". El proyecto que dejó inconcluso Altman estaba basado en el documental de 1997 Hands on a Hard Body , centrado en un grupo de personas que compiten para conseguir un camión manteniendo una mano en el vehículo.

"Está concebido como un film de Altman y no creo que se pueda hacer de otro modo", dijo un ejecutivo de la productora Picturehouse, encargada del proyecto, que calificó de muy difícil la posibilidad de que pasara a otras manos.

Dolor compartido

"Fue un hombre extraordinario. Era muy fácil trabajar con él porque ponía cámaras por todas partes y ni siquiera las veíamos. Filmar una película suya era como estar haciendo algo de la vida cotidiana. Todo es demasiado triste, porque otro gigante nos deja", dijo, en Roma, Sofía Loren, que trabajó a las órdenes de Altman en Prêt-à-Porter .

Tim Robbins, cuyo reconocimiento internacional se produjo gracias al papel que le dio Altman en Las reglas del juego , dijo que "su visión única y su sensibilidad de cineasta fuera de las normas inspiraron a muchísimos directores de mi generación y continuarán inspirando a los realizadores del futuro".

Meryl Streep, una de las actrices que estuvo más cerca de Altman en los últimos tiempos, dijo que "era único y lo vamos a extrañar mucho". Además de entregarle -junto con Lily Tomlin- el Oscar honorario que recibió en marzo último, Streep también formó parte del gran elenco armado por Altman para Noches mágicas de radio ("Allí pude cantar y bailar, y sólo Bob sabía cuánto disfrutaba hacerlo", evocó) y el director también contaba con ella para futuros proyectos. "Así me lo había dicho cuando nos encontramos hace una semana -recordó Streep-. El dolor es muy fuerte y no encuentro las palabras. Bob tenía siempre una película dando vueltas en la cabeza y te hablaba de ese proyecto con amor y sin distraerte de lo que estabas haciendo".

Una de las ideas que Altman dejó sin realizar era una película sobre el mundo de los pintores y los galeristas neoyorquinos que se iba a titular Paint y en la que Streep actuaría junto a James Franco.

Para Elliott Gould, protagonista del primer gran éxito de Altman ( M.A.S.H. ), el realizador "fue, es y será por siempre una persona única. Cada rodaje era una aventura, un campo fértil para el alma, la mente, la actuación".

Y Richard Gere, protagonista de El doctor y las mujeres , dijo: "No hay nadie de cuya colaboración esté más orgulloso". Para Kevin Spacey, Altman fue "un director auténticamente único y un hombre extraordinario con quien trabajar; resultó un privilegio". Como director artístico del prestigioso teatro londinense Old Vic, Spacey había convocado a Altman hace un par de años para llevar adelante una puesta de Resurrection Blues , de Arthur Miller, que resultó muy cuestionada por la crítica.

22 noviembre 2006

Robert Altman: Hollywood pierde a uno de sus irreverentes

"Altman es un maestro como realizador que se merece este honor. Ha redefinido los géneros, ha inventado nuevos modos de utilizar el medio y ha revitalizado los antiguos", explicó Sid Ganis, presidente de la Academia del Cine de Hollywood, cuando notificó que el veterano director recibiría el Oscar honorífico en la ceremonia de febrero pasado. La frase de Ganis cobra aún más significado ahora: Altman falleció el lunes 20, a los 81 años, manteniendo su perfil crítico, pero ya reconciliado con la industria que amó y también cuestionó en cintas como "The player: el pez gordo" (1992).

Altman estaba en un delicado estado de salud por un cáncer. Incluso para su última película, "A prairie home companion", debió tener un director asistente por exigencia de la compañía de seguros. Ese honor correspondió a Paul Thomas Anderson, el realizador de "Magnolia", quien no filmó escenas de la cinta protagonizada por Tommy Lee Jones, Kevin Kline y Meryl Streep, y sin fecha de estreno en nuestro país.

La salud no afectaba los planes del prolífico Altman, director de 86 películas y guionista de 37: según CNN trabajaba en un proyecto para 2007. En la que fue su última noche en los Oscar, Altman bromeó con los rumores de su estado: "Siempre pensé que este tipo de premios significan 'se acabó'. Luego caí en la cuenta de que estaba preparando mi obra de teatro, 'Resurrection Blues', de Arthur Miller, en el Old Vic de Londres. Me di cuenta de que no se ha acabado y me entusiasmó". Esa noche también confesó que en 1995 tuvo un transplante de corazón. Y luego, remató con una frase que hoy suena a epitafio: "Nunca tuve que dirigir un filme que no escogí o desarrollé. Soy muy afortunado en mi carrera".

Altman saldó cuentas con Hollywood: estuvo nominado cinco veces al Oscar a Mejor Director, aunque su nombre siempre fue sinónimo de independencia frente a la industria. "¡Estás contratando problemas!", le dijo un ejecutivo de Fox al productor Ingo Preminger cuando anunció su intención de fichar a Altman para dirigir "M.A.S.H." (1970), a la postre uno de sus mayores éxitos. La sátira sobre la guerra incluso se transformó en una serie para la TV.

21 noviembre 2006

Elijah Wood en "Happy Feet"

Tener en frente a Elijah Wood es entender por qué Peter Jackson vio en él al actor ideal para interpretar a un hobbit. Bajo, muy delgado y muy blanco, su rostro conserva la paz y bondad del Frodo de "El señor de los anillos". Eso sí, a los 25 años, Wood no tiene ni un solo pelo de ingenuo: ha pasado la mayor parte de su vida en Hollywood, mundo al que entró cuando tenía 8 años con un pequeño papel en "Volver al futuro II". Hoy es uno de los actores jóvenes más solicitados del momento y uno de los puntales de la nueva apuesta millonaria de los estudios Warner, la cinta animada "Happy feet: El pingüino".

"Cuando niño siempre me sentí más viejo de lo que era", dice el actor, en un salón del exclusivo hotel Beverly Wilshire de Los Angeles. "Eso, seguro fue producto de haber crecido en un mundo donde debía ser más responsable que muchos niños de 8 o 9 años. Esencialmente, siempre me sentí como un adulto y fuera de los grupos de mi propia edad", agrega. Precisamente, esa sensación de aislamiento fue lo que utilizó para identificarse con Mumble, el pingüino emperador que interpreta en "Happy feet" y que es expulsado de su comunidad por no poder cantar, algo imprescindible para obtener una pareja y procrear. Hábil para bailar tap, Mumble encuentra otro grupo de pingüinos (liderados por Robin Williams) que sí lo aceptan como es y con los que emprenderá una arriesgada aventura polar.


Crear un personaje
Aunque Wood ya había prestado su voz para algunas series de TV y videojuegos, ésta es la primera vez que lo hace en la pantalla grande. Y la experiencia le fascinó: "Hacer voces es algo increíblemente creativo, y te da la oportunidad, a diferencia de otras experiencias como actor, de crear un personaje desde la nada. Después de interpretar un personaje que durante el proceso de animación y doblaje no ves, no hay recompensa mayor que verlo cobrar vida".
En "Happy feet", Mumble canta mal, muy mal, pero esta característica no la tiene el actor: "Puedo sostener una nota, no sé cuán profesional soy, pero puedo cantar. En todo caso, ni siquiera yo canto tan mal como lo hace Mumble".

La música es algo importante en la vida de Wood. Tanto, que acaba de fundar su propio sello discográfico, Simian Records: "Quería ser parte de ese proceso. Encontrar bandas interesantes, de cualquier tipo. Es una gran sensación cuando cultivas una y la sacas al mundo".

18 noviembre 2006

Revelan el beso de Harry Potter

Es el momento más esperado de la quinta parte de la taquillera saga, aquel en que un tímido Harry Potter (Daniel Radcliffe) finalmente se arma de valor y besa a su compañera de colegio y amor platónico, Cho Chang (Katie Leung). Y ayer, los estudios Warner le dieron el primer adelanto de esta secuencia a los impacientes fans de todo el mundo que esperan el estreno de "Harry Potter y la Órden del Fénix", que en Chile será el 12 de julio de 2007. El estudio reveló un nuevo set de fotos donde el famoso beso es la imagen que sobresale. Otra presenta a otro personaje que regresa, Sirius Black, interpretado por Gary Oldman.
En esta nueva cinta, que costó US$ 150 millones, Harry comienza su quinto año en la escuela Hogwarts, y además de enfrentarse con el primer amor debe lidiar con el regreso de su archienemigo, Lord Voldemort (Ralph Fiennes). Más encima, el ministerio de magia impone una nueva profesora de Defensa contra las Artes Oscuras, la nefasta Dolores Umbridge (Imelda Staunton).

James Bond lidera un fin de semana de superproducciones

Por fin el público pudo comprobar con sus propios ojos cómo es James Bond al estilo Daniel Craig. Las críticas avalan su actuación y el filme, y en su día de estreno en Gran Bretaña arrasó con la taquilla, recaudando más de US$ 3 millones y derrotando el récord logrado por "Otro día para morir" en 2002, en la que Pierce Brosnan interpretó al agente.No es el único hito que ha conseguido la película, que en diciembre: también es la primera de James Bond que podrá verse en China. Los censores aceptaron estrenarla el 30 de enero de 2007, sin cambios.


Con un presupuesto estimado de US$ 100 millones y un libreto escrito, entre otros, por Paul Haggis ("Crash"), el filme es una precuela a las otras historias de James Bond, y relata su primera misión, en la que tiene que detener a un terrorista que quiere ganar un campeonato en un casino para utilizar el dinero en sus actividades. La chica de turno es Vesper Lynd (Eva Green), otra agente que debe supervisar los avances de Bond.

La principal competencia para "Casino Royale" va dirigida a un público completamente diferente. Es la esperada "Happy feet", un filme animado de Warner Brothers. Dirigido por George Miller ("Babe") tiene un elenco de voces estelares lideradas por Robin Williams, Elijah Wood, Hugh Jackman y Nicole Kidman. La historia es sobre un pingüino que no puede cantar, lo que le impide encontrar a su media naranja. El filme trae un gancho extra: junto a él se estrena el primer trailer de "Harry Potter y la Orden del Fénix".

Ambas películas llegan en el último tramo antes de las nominaciones a los premios Oscar, que consideran los filmes estrenados antes del 31 de diciembre. De aquí en adelante, todos esperan tener un espacio en la lista de posibles galardonadas. "Happy feet", por ejemplo, tiene casi asegurada su lugar entre "Mejor Película Animada".

Otros estrenos de este fin de semana en EE.UU. son "Bobby", filme sobre el asesinato de Robert Kennedy dirigido y protagonizado por Emilio Estévez, y "For your consideration", escrita por Eugene Levy, y cuya protagonista Catherine O'Hara suena como candidata al Oscar.

LOS TOP DEL 007

Casi 50 mil visitantes del sitio de la BBC eligieron a sus favoritos en la saga del espía inglés:

MEJOR BOND

Sean Connery (48%). El primero sigue siendo el favorito, y por una amplia distancia. En segundo lugar quedó Pierce Brosnan, con un 25%.

MEJOR VILLANO

Ernst Stavro Blofeld (32%). El cabecilla de la organización terrorista Spectre ha sido el archienemigo de Bond en seis películas, interpretado por distintos actores.

MEJOR CHICA BOND

Honey Ryder (22%): Ursula Andress la interpretó en "Dr. No". Considerada la primera chica Bond, aunque no inaugura las aventuras amorosas del espía.

MEJOR INVENTO

Little Nellie (27%). El helicóptero que podía comprimirse y guardarse en una maleta apareció en "Sólo se vive dos veces".

15 noviembre 2006

Ya no hay hombres

Advertencia: lo que usted está a punto de leer puede causarle una emoción fuerte similar a la que se suele experimentar cuando sus ex compañeros de secundario lo convocan para conmemorar los primeros 20 años pasados desde su la graduación.

¿Porqué, si son más los años transcurridos fuera del colegio que dentro de él, los recuerdos son tan vívidos como la imagen de ese póster del galán de Hollywood del momento que decoraba la habitación de la adolescente promedio? Y he aquí el quid de la cuestión, la nueva fuente de esa impresión que nos acerca a la adultez y nos aleja definitivamente de la adolescencia, por más tardía que ella sea.

Ahí va: el próximo 18 de diciembre Brad Pitt cumplirá 43 años, Johnny Depp los cumplió el 9 de junio pasado, George Clooney festejó su cumpleaños número 45 el 6 de mayo, Tom Cruise los alcanzará el año próximo y Keanu Reeves, aunque para algunos siga siendo el joven Neo de Matrix, acaba de alcanzar la no tan tierna edad de 42 años. Si las estrellas masculinas más fulgurantes del firmamento Hollywood ya califican casi como galanes maduros -a pesar de que un par de ellos, como Pitt y Depp, parezcan haber dado con la fórmula de Dorian Grey-, hay que empezar a buscar a sus reemplazantes en la división sub 30 o, al menos, en aquellos que todavía no hayan alcanzado la cuarta década.

Se sabe, en la meca del cine industrial son bastante más indulgentes con la edad de los hombres que con la de sus pares femeninas, pero aun así la fábrica de películas que hace de sus protagonistas artistas conocidos en todo el planeta siempre está buscando la próxima gran estrella, esa que combine talento actoral, belleza física y aquel ingrediente inexplicable llamado carisma. Y es en este punto dónde empiezan las dificultades: a primera vista, ninguno de los actores ocupan el espacio natural de sucesores de los actuales reyes de la pantalla.


A saber: si se compara a Orlando Bloom ( El señor de los anillos ) con Johnny Depp, y es posible hacerlo porque comparten pantalla en la saga de Piratas del Caribe , Depp gana la competencia. El veterano tiene los pómulos más pronunciados y casi borra de escena al joven actor británico a fuerza de interpretación y, sí, carisma. Que la heroína romántica de Bloom en los films de piratas, Keira Knightley, parezca más interesada en el corrupto capitán Jack Sparrow (Depp) que en el noble Will (Bloom) replica lo que sucedió del otro lado de la pantalla. Lo mismo le pasó a Bloom cuando debió pelear con Brad Pitt en la poco interesante Troya . Casi un muestrario de belleza masculina, allí el más joven sufrió una derrota aplastante por parte del novio de Angelina Jolie.

El futuro no está aquí

En tren de resolver esta encrucijada en la que se encuentra el cine de Hollywood, hay quienes pusieron todas sus esperanzas en un muchacho que el año pasado se mostró enamorado de otro en la ficción de Secreto en la montaña : Jake Gyllenhall.

"Empezamos a discutir sobre hombres, especificamente sobre actores norteamericanos entre los 20 y los 30 años que estén en alza, la próxima generación de superestrellas después de la troika Pitt/Cruise/Clooney. La discusión pronto se transformó en una especie de adivinanza: ¿qué actor puede o debe unirse al panteón de las estrellas de cine? «Jake Gyllenhaal es un candidato», acordaron todos. «Y también está...». No hay nadie más".

La anécdota no figura en una publicación de chismes sino que es parte de la nota de tapa de la revista dominical del New York Times escrita por una de sus editoras, Lynn Hirschberg. Claro que tanto Gyllenhaal como su compañero en Secreto en la montaña , Heath Ledger, parecen preferir el cine independiente a los tanques que suele protagonizar Cruise. Es más, Ledger prefiere atenuar sus atributos físicos, y aunque participará del próximo Batman , lo hará como el Guasón. Es que, como Leonardo Di- Caprio, el australiano Ledger eligió ser un actor de carácter más que un galancito. De hecho, con sus papeles en Titanic y en el Romeo + Julieta de Baz Luhrmann, DiCaprio tenía casi asegurada una carrera como el sucesor de Pitt o de Clooney. Pero, después de la locura adolescente que generó el film de James Cameron, el rubio decidió, literalmente, bajarse de ese barco y tomar el camino que lo había llevado a su primera nominación al Oscar: papeles como el de Arnie, el débil mental que interpretó en ¿Quién ama a Gilbert Grape?

Un par que pudo subirse al transatlántico que DiCaprio dejó pasar fue el que forman los socios y amigos Matt Damon y Ben Affleck. En el caso de estos ganadores del Oscar, que consiguieron por su guión de En busca del destino , el camino al estrellato comenzó al revés de la mayoría. El premio dorado los convirtió de actores desempleados a los más solicitados de la industria. Pero lo cierto es que a pesar de ser conocidos en todo el mundo, ninguno de los dos llegó a la categoría de superestrella que puede garantizar un éxito de taquilla con sólo aparecer en pantalla. Una serie de fracasos estrepitosos y más presencia en las revistas del corazón que en los departamentos de casting por el lado de Affleck, y una evidente falta de empuje y voluntad por el de Damon hicieron que el par quedara como la poco glamorosa generación intermedia entre los reinantes cuarentones y los flojos veinteañeros.

Las invasiones británicas

Ante la falta de interés y carisma de los actores norteamericanos por alcanzar el tipo de estrellato que hace que el inminente casamiento de Cruise y su novia sea tratado como un asunto de Estado, otros países de habla inglesa se están aprovechando.

Ante el déficit de galanes que sufre el país que le dio al mundo a Clark Gable, los británicos vieron la oportunidad de imponer sus propios candidatos. Al mencionado Bloom hay que agregarle a Colin Farrell, que por más esfuerzo que hagan sus encargados de relaciones públicas, todavía no consiguió éxito en la taquilla con sus películas comerciales ni convence a los críticos cuando elige films de corte más artístico. Algo mayor que Farrell, que tiene 30 años, y con una belleza más clásica para los estándares de Hollywood, Jude Law se sumó a la lista. El hecho de haber sido nombrado el hombre más sexy del planeta por la revista People acercó a Law al Olimpo de los dioses Pitt, Depp y Clooney, pero sus repetidos fracasos de taquilla lo devolvieron a la tierra. Tampoco ayudó a su causa que el romance con la actriz Sienna Miller terminara en escándalo por la infidelidad cometida con la niñera de sus chicos.

Y aunque Daniel Craig esté a punto de debutar como James Bond, el papel masculino más sofisticado que ofrece la industria del cine, su aspecto de boxeador rubio y las incesantes críticas de los fanáticos del espía británico lo dejan mal parado. Lo mismo le sucede a otro británico que Hollywood quiso coronar y no pudo: Clive Owen. Con 42 años y una extensa carrera en el teatro de su país, Owen tiene más puntos de contacto con actores de carácter al estilo de Gene Hackman que con una megaestrella como Pitt.

Pero no está todo perdido para los súbditos de la reina: puede que su salvación no llegue de las tablas teatrales sino desde el césped de una cancha de fútbol. Mientras los productores y directores de Los Angeles ponían la mira en Gran Bretaña, un par de inmigrantes legales de Australia tomaron la delantera en una carrera que nadie parece querer ganar. Eric Bana protagonizó Hulk , se robó Troya como Héctor y fue el elegido por Steven Spielberg para protagonizar la polémica Munich , pero el hombre nunca quiso abandonar su Melbourne natal por la plástica Hollywood y sus comienzos como comediante no lo prepararon para ser ese galán que Hollywood necesita


Tal vez el que más se acerque a ese indefinible ideal sea Hugh Jackman, por estos días el actor más solicitado de la industria. En 2006 hizo más de siete películas y entre 2007 y 2008 prepara otras tantas en las que ocupará, alternativamente, el lugar de héroe de acción, romántico y animado. Pero con su talento para la comedia musical, sus nuevos proyectos como productor y su familia feliz puede que Jackman esté sobrecalificado para el empleo de próxima gran estrella del cine. Por ahora, la situación es desesperada: en Hollywood ya no hay hombres

14 noviembre 2006

Llega una provocadora mirada a María Antonieta

Cómo los franceses no se iban a molestar. En mayo pasado, en el Festival de Cine de Cannes, un sector de la prensa francesa abucheó la última película de Sofia Coppola, "María Antonieta". Una directora estadounidense se atrevía a hacer un cinta sobre uno de sus iconos; película que, más encima, daba una mirada más juvenil que docta a la ejecutada reina de Francia. La polémica fue a tanto que el padre de la directora, Francis Coppola, salió en su defensa.

Pese a las quejas, la crítica internacional alabó el filme, y en octubre pasado, cuando debutó en EE.UU., los críticos también lo aprobaron.

En su forma, "María Antonieta" es una película convencional. Tiene música rock, pero sólo en los créditos, y Coppola no inventa planos ni abusa de la cámara en mano. Su mirada joven está manifestada en la manera como aborda el personaje mismo de María Antonieta, interpretado por Kirsten Dunst.
El palacio de Versalles se abrió sin restricciones al equipo de Coppola, que filmó su cinta entre enero y abril de 2005. Allí se recrearon las fastuosas fiestas de María Antonieta, sus correrías por los pasillos y su furtivo romance con un soldado.

El personaje real, archiduquesa de Austria, llegó a la nobleza francesa a los 14 años, cuando se casó con Luis XVI. Y Dunst, presente en todas las escenas de la cinta, la interpreta como una adolescente. Apegada a sus mascotas, llora cuando debe dejar todas sus posesiones en Austria antes de pasar a territorio francés. También se revela como una chica aproblemada, que sufre por no obtener el interés de su esposo, Luis XVI (Jason Schwartzman), como para consumar su matrimonio. Además, se ve la presión de su madre, la emperatriz María Teresa (Marianne Faithfull), por que lo consiga. También se muestra su profundo sufrimiento cuando su hijo, cuyo destino era ser rey de Francia, muere siendo un bebé.
Un momento clave es cuando ella es enfrentada a la infame cita "si no tienen pan, que coman torta". Sorprendida, ella reclama: "¡Yo jamás diría algo así!"

12 noviembre 2006

El Regreso de Michelle Pfeiffer

Fue como si la tierra se la hubiese tragado. A mediados de 2003, Michelle Pfeiffer participó en la promoción de su última película estrenada, la animada "Sinbad, la leyenda de los siete mares", donde también estaba Brad Pitt y que resultó un rotundo fracaso de taquilla. Luego desapareció por completo del mapa.

Los reportes dicen que se dedicó a su matrimonio con el abogado y productor de TV David E. Kelley ("Ally McBeal") y a cuidar a sus dos hijos. Apareció frente a las cámaras por última vez un año antes, en el también ignorado drama "Déjame vivir" (2002), y durante mucho tiempo no tuvo nuevos proyectos. Hasta ahora.A los 48 años, la mujer que la revista "Empire" eligió en 1995 como la tercera más sexy de la historia del cine está preparando su regreso. Y ya se advierte que será en grande, a la altura del estatus de megaestrella que gozó en las décadas de los 80 y 90.

Desde fines del año pasado y hasta ahora, la actriz ya ha filmado tres películas, y su panorama destaca por lo variado: tiene en su agenda una comedia romántica, un drama y un musical.Volviendo a probar que puede cantar -ya lo había demostrado en "Los fabulosos Baker boys" y la animada "El príncipe de Egipto"-, Pfeiffer actualmente rueda en Toronto "Hairspray", la adaptación de un exitoso musical de Broadway, que a su vez está basado en una cinta del irreverente cineasta John Waters. En ella es una prepotente madre decidida a que su hija gane un popular programa de TV de baile de su ciudad. Su principal competencia es una carismática gordita que incluso parece estarle robando el novio a la joven. Dirige el coreógrafo Adam Shankman y cuenta con John Travolta en el elenco. Su debut está programado en EE.UU. para julio de 2007.

Pfeiffer, además, será la villana en "Stardust", un drama fantástico de US$ 65 millones dirigido por Matthew Vaughn. Su papel es el de una malvada bruja que le impedirá a un joven recuperar una estrella que ha caído en un terreno mágico.Esa cinta también debutará en julio. Pero mucho antes, el 14 de febrero, se habrá sellado su regreso mediático, cuando estrene "I could never be your woman", una comedia romántica de Amy Heckerling ("Ni idea"), donde interpretará a una mujer que se enamora de un hombre varios años menor, mientras su hija adolescente vive su primer amor.

Por si tres filmes en un año fueran poco, Pfeiffer ya tiene en el bolsillo un proyecto que aún está en negociaciones y que vería la luz en 2008: "Chasing Montana", escrita por su esposo, sobre dos doctores (un padre y su hija), que aún no tiene director ni resto de elenco definidos.

LINDA

Pfeiffer ha sido elegida seis veces entre las más bellas del mundo por "People".

FILMES ESENCIALES

1 "Caracortada" (1983): Su salto a la fama, como una hermosa e inalcanzable joven drogadicta que se casa con un peligroso mafioso interpretado por Al Pacino.

2 "Las brujas de Eastwick" (1987): Uno de sus mayores éxitos y la película que la confirmó como máxima estrella de Hollywood. Interpretó a una bruja en problemas junto a Cher, Susan Sarandon y Jack Nicholson.

3 "Relaciones peligrosas" (1988): Una consagración. Postuló al Oscar a Mejor Actriz Secundaria como madame de Tourvel, una mujer que cae bajo los embrujos de un famoso seductor (John Malkovich).

4 "Los fabulosos Baker Boys" (1989): Su rol más premiado en Estados Unidos. Como una cantante de la que se enamoran dos hermanos, postuló al Oscar, ganó el Globo de Oro y fue premiada por las asociaciones de críticos de Nueva York, Los Angeles y Chicago.

5 "Batman vuelve" (1992): Sin duda alguna, el papel que la hizo pasar a la historia del cine. En su ya histórico ajustado traje negro fue la sensual Gatúbela de la segunda parte de la saga de Tim Burton.

6 "La edad de la inocencia" (1993): Bajo las órdenes de Martin Scorsese, Pfeiffer brilló en esta cinta donde tuvo el rol de la condesa Olenska, que en el Nueva York del siglo XIX se enamora de un hombre comprometido

06 noviembre 2006

La crítica inglesa se rinde ante Bond

Daniel Craig pasó la prueba: el actor, heredero de una tradición que tiene en Sean Connery al gran maestro, acaba de sacarse de encima a sus detractores, al cosechar un rosario de elogios en Gran Bretaña por su interpretación de James Bond.
"Casino Royale", la nueva cinta sobre el agente 007, que en ese país debutará el 17 de noviembre y en Perú se espera para el mes de diciembre, fue ampliamente alabada por los críticos ingleses, que despacharon sus comentarios este fin de semana.

La versión que hace Craig del seductor agente del M16 con licencia para matar es calificada por los expertos como "increíble" y "simplemente brillante".

En su caso, este espaldarazo no es un asunto menor. Cuando Craig aceptó suceder en el papel a Pierce Brosnan el año pasado, despertó una serie de críticas que pasaban incluso por un asunto estético: es el primer Bond rubio de la saga. Otra queja apuntaba a que no era suficientemente guapo. Y otra a su edad: nació en 1968, cuatro años después de la muerte del creador de la serie, Ian Fleming, y seis años después del inicio de los filmes sobre 007.

A tanto llegó la controversia que un grupo de fans llamó a boicotear la cinta.

Ahora esos reclamos comienzan a ser papel picado. Según la crítica, el actor -oriundo de Cheshire y formado en el National Youth Theatre londinense- realiza un quiebre respecto de sus antecesores y sale victorioso.
Para el "Daily Mirror" y el "Daily Telegraph", la performance de Craig hace recordar los grandes momentos de Sean Connery, quien según una encuesta hecha en septiembre por la revista "SFX" es el mejor 007 de todos los tiempos: "Es Bond, pero no como lo habíamos conocido hasta ahora", dice el "Telegraph" que define a Craig como "impredecible y vulnerable" y a su impertérrito agente como "una estatua de Isla de Pascua".

"The Times" dice que este 007 es de lejos "más plausible que muchos de sus predecesores" y que Craig "puede actuar" y "está arriba, con los mejores", combinando "la petulancia jactanciosa de Sean Connery" con la "fría crueldad de Timothy Dalton". El "Mirror" afirma que éste es "fácilmente el mejor filme desde 'GoldenEye' (1995)" y que ha nacido un Bond "más humano".Esta última frase es coherente con las promesas del equipo realizador: desde que ficharon a Craig prometieron un 007 más cercano. Ahora que lo tienen pueden respirar tranquilos y trabajar en el filme oficial número 22 de la saga, cuya fecha de salida está agendada para 2008.

La voz disidente

"Casino Royale", dirigido Martin Campbell y basado en la primera novela de Ian Fleming sobre 007 (1953), es descrito como un filme"más crudo" que sus predecesores; de hecho fue cortado en Inglaterra para que pudieran verlo menores.En él, Bond está comenzando su carrera como agente y tiene más problemas para salir de sus increíbles problemas. Frente a la andanda de elogios para el desempeño de Daniel Graig, Tim Adams del semanario "Observer" fue negativo, precisamente por este factor "humano"; según él, "el problema de hacer un Bond más real es que todo a su alrededor parece más falso de lo habitual". La historia ofrece como antagonista a Le Chiffre (Mads Mikkelsen), un blanqueador internacional de dinero, a quien 007 enfrenta en un juego de poker en Casino Royale. La bella de turno se llama Vesper Lynd (Eva Green).