21 noviembre 2006

Elijah Wood en "Happy Feet"

Tener en frente a Elijah Wood es entender por qué Peter Jackson vio en él al actor ideal para interpretar a un hobbit. Bajo, muy delgado y muy blanco, su rostro conserva la paz y bondad del Frodo de "El señor de los anillos". Eso sí, a los 25 años, Wood no tiene ni un solo pelo de ingenuo: ha pasado la mayor parte de su vida en Hollywood, mundo al que entró cuando tenía 8 años con un pequeño papel en "Volver al futuro II". Hoy es uno de los actores jóvenes más solicitados del momento y uno de los puntales de la nueva apuesta millonaria de los estudios Warner, la cinta animada "Happy feet: El pingüino".

"Cuando niño siempre me sentí más viejo de lo que era", dice el actor, en un salón del exclusivo hotel Beverly Wilshire de Los Angeles. "Eso, seguro fue producto de haber crecido en un mundo donde debía ser más responsable que muchos niños de 8 o 9 años. Esencialmente, siempre me sentí como un adulto y fuera de los grupos de mi propia edad", agrega. Precisamente, esa sensación de aislamiento fue lo que utilizó para identificarse con Mumble, el pingüino emperador que interpreta en "Happy feet" y que es expulsado de su comunidad por no poder cantar, algo imprescindible para obtener una pareja y procrear. Hábil para bailar tap, Mumble encuentra otro grupo de pingüinos (liderados por Robin Williams) que sí lo aceptan como es y con los que emprenderá una arriesgada aventura polar.


Crear un personaje
Aunque Wood ya había prestado su voz para algunas series de TV y videojuegos, ésta es la primera vez que lo hace en la pantalla grande. Y la experiencia le fascinó: "Hacer voces es algo increíblemente creativo, y te da la oportunidad, a diferencia de otras experiencias como actor, de crear un personaje desde la nada. Después de interpretar un personaje que durante el proceso de animación y doblaje no ves, no hay recompensa mayor que verlo cobrar vida".
En "Happy feet", Mumble canta mal, muy mal, pero esta característica no la tiene el actor: "Puedo sostener una nota, no sé cuán profesional soy, pero puedo cantar. En todo caso, ni siquiera yo canto tan mal como lo hace Mumble".

La música es algo importante en la vida de Wood. Tanto, que acaba de fundar su propio sello discográfico, Simian Records: "Quería ser parte de ese proceso. Encontrar bandas interesantes, de cualquier tipo. Es una gran sensación cuando cultivas una y la sacas al mundo".