09 mayo 2005

IGBY GOES DOWN


Claire Dannes y Kieran Culkin protagonistas de "Igby goes down" Posted by Hello

Existen ocasiones en que a la vida no se le ve ningún sentido por más que se trate de encontrar su lado más amigable. Igby lo sabe, y lo sabe porque esa es su constante.

Su vida es corta, ni siquiera ha alcanzado la mayoría de edad, pero desde pequeño conoce el sentimiento de ser un inadaptado. Lo ha visto en un ejemplo muy cercano, su propio padre, un hombre que logró el éxito profesional y que ahora tiene una familia acomodada, una esposa atractiva y dos hijos. Pareciera que ha resuelto su vida. Nada más alejado de la verdad.

Jason Slocumb es presa de una inercia que lo ha sumido casi en un estado catatónico. El descuido personal y familiar lo ha puesto con un pie en el abismo, mientras, su esposa Mimi sólo atina a conservar las buenas costumbres de su familia modelo. Jason jr., a quien todo mundo llama simplemente Igby, es testigo del derrumbe de su padre y víctima de la apatía de su madre, situaciones que lo marcan desde su infancia, convirtiéndolo en un chico lleno de temores y dudas, incapaz de disfrutar hasta de su propio cumpleaños. Pero sobre todo lo convierte en un adolescente inconforme con él mismo y con su entorno.

Mientras su madre continúa su vida de la manera más despreocupada y Ollie, su hermano mayor, creció como un petulante joven universitario, Igby podría considerarse un chico problema. Constantemente expulsado de las escuelas, es enviado a Nueva York con su padrino, el millonario D. H. Banes para trabajar en vacaciones. Ahí conoce a su amante Rachel y a una joven de nombre Sookie. Pero también ahí está incómodo, por lo que decide escapar de la supervisión de Banes y buscar su propio camino, para lo que pide asilo a Rachel, que no es la joven fuerte que el imaginaba, sino una chica tan desubicada como él.

A partir de aquí, Igby comenzará un recorrido por la vida acompañado ocasionalmente por su amiga Sookie, recorridos que le habrán de enseñar que tan amargo puede ser el aprendizaje. Igby -interpretado por el hermano inteligente de Macauley "Mi Pobre Angelito" Culkin- realmente no está buscando un escape, sino una cura, necesidad que ni su madre, ni un psicoanalista, ni nadie, ha podido entender. Escapar y perderse de vista significa para él una forma de recuperarse de la vida, de sanar sus dolencias y encontrar un verdadero estilo de vida, quizá no tan exitoso como el de su hermano ejemplar, pero finalmente propio

Igby pertenece al igual que miles de adolescentes a una generación hija del desencanto. Padres que se incrustaron a un modelo social y económico confortable pero vacío han engendrado hijos que no cuentan con un modelo a seguir. Jóvenes carentes del libre albedrío, lo que significa para ellos escoger entre dos caminos: el más simple, continuar por el mismo sendero convirtiéndose en clones desprovistos de pasión por la vida -como el petulante Ollie- o bien el que prefiere seguir Igby, y que nace del descontento heredado.

Su padre ha perdido ante la vida. Simplemente sus éxitos laborales no fueron suficientes para asegurarle la tranquilidad, y la presión terminó destruyéndolo, convirtiéndose en un bulto inerte ante una vida que se le escapó desde mucho tiempo atrás. Igby, que ha perdido toda fe en esa institución familiar, sabe que por su propia cordura lo mejor es permanecer alejado de ella, sin embargo, tendrá que ser sólo como deba seguir adelante.

A su lado no hay nadie. La figura paterna se ha nulificado, y en todo caso es sustituida de manera inapropiada por un padrino adúltero, de falsa moral y negociante voraz, o por un hermano que oculta sus propios miedos e inseguridades con una pose de ejecutivo junior al servicio de quien le asegure ganancias. En ambas figuras no existe lo que el chico busca. Su madre, por el otro lado, es simplemente una versión posmoderna de Medea, según el propio Igby.

Igby va en picada. Igby cae. Igby va hacia abajo. Igby Goes Down. Cualquier enunciado sería más adecuado que el absurdo Las Locuras de Igby, opera prima de Burr Steers, que de entrada sugiere una comedia teenager, cuando es en realidad un retrato de la actual juventud desencantada, llena de dudas y miedo.

Steers ha logrado construir un fresco de la disfuncionalidad de la familia moderna, ayudado por la actuación de un Kieran Culkin a la medida del personaje, pasando de un humor ácido como escudo a sus decepciones ha momentos de desesperación dramática, sobre todo cuando se siente sólo y traicionado a las puertas de Sookie

La habilidad de Steers -escritor y guionista- para elaborar un relato de actualidad que camina convenientemente por los terrenos de la comedia ácida evitando caer en los tópicos del melodrama, da mucho mayor vitalidad a una película cuyo gran mensaje no es aleccionador, sino simplemente expositivo: padres que viven despreocupados evadiendo realidades y heredando inconformidad a sus hijos. Adolescentes que emergen de familias disfuncionales y que no tienen más armas que su propio valor para enfrentarse a una vida que no pidieron, pero que deben sortear de la mejor manera. Al fin y al cabo, aun de manera solitaria, siempre existe la oportunidad para empezar de nuevo.