22 abril 2005

QUE ONDA GUERO...


beck Posted by Hello

Se supone que fue el despecho. O el vértigo que llega después de un mal amor. Lo que sea que haya sido que le quitó la sonrisa a Beck en Sea Change (2002), su melancólico y confesional título anterior, ya pasó. La más interesante voz masiva del pop de los '90 dejó las cuerdas de nylon y la sicodelia en clave folk para despeinarse otra vez con beats a lo Public Enemy y un pantanoso blues tipo Robert Johnson. Hay ruiditos de videojuegos, delirios spanglish, micrófonos saturados y loops varios en un disco clásico de su estilo: el del despelote. Pero si la estética "tipo Odelay" sigue vigente, algo de la riqueza melódica de Sea Change quedó en el aire.

Guero es otro de esos álbumes hechos de un caos controlado, de melodías angulares, vocación bailable y riqueza en efectos. Divertido, lleno de ideas, pero ahora más intenso que sus directos antecesores en la misma línea: Odelay (1996) y Midnite Vultures (1999). La canción Black Tambourine resume el triunfo: un elegante golpeteo soul se apodera del espacio como introducción hasta el ascenso de una guitarra reverberante, mientras Beck Hansen repite el coro (black tambourine) con un tono sombrío.
Podrá ser un tremendo lugar común, pero aquí huele a madurez (el hombre ya está casado por segunda vez, tiene un hijo de menos de un año -Cosimo- y se convirtió a la Cientología) y los 34 años de Hansen ahora sí se notan. Existe la misma curiosidad con que descubrió su repertorio más temprano (Dust Brothers están de vuelta en labores de producción), pero hoy importa más la canción que el baile.

E-Pro, el primer single, es una pieza maestra del reto sónico, a la vez que una renovada muestra del genio de un tipo que se mueve por instinto puro. Pero que hoy tiene más habilidad para articular su discurso. Broken Drum pudo ser otra joya melancólica de Sea Change (piano y pulso en claves menores) y Qué Onda Guero se inscribe como un hilarante tratado bilingüe con sonoridad a la altura de lo que facturaba gente como Plastilina Mosh a mediados de los inquietos noventas.

Hay más: Got it Alone tiene el pulso del blues y la colaboración en bajo de Jack White, de White Stripes, y Missing es un perfecto tratado de white trash, de la "basura blanca" que Beck recolecta y convierte en canción.