Marilyn Monroe
Desde el 5 de agosto de 1962, cuando el cuerpo de Marilyn Monroe fue hallado sin vida junto a un frasco vacío de sedantes Nembutal, un sinfín de hipótesis comenzó a circular sobre las causas de su muerte. Suicidio por una infancia desamparada, víctima de los avatares de la industria hollywoodense, de sus debilidades amorosas y hasta un crimen de Estado... Con el tiempo, decenas de autores intentaron esclarecer en distintas biografías la verdadera historia.
En 1998, el productor cinematográfico Don Wolfe publicó "Marilyn Monroe, investigación sobre un asesinato", en el que aportó pruebas sobre una conspiración política, que incluía irregularidades en el caso (como una autopsia falsa) y las consecuencias de los amoríos que mantuvo la actriz con los hermanos John y Robert Kennedy. Sin embargo, estas teorías jamás fueron confirmadas y, hasta el momento, nadie logró desentrañar el enigma Marilyn. Ella se fue temprano y se llevó consigo su testimonio y los secretos de una vida tormentosa.
La muñeca sexy de Hollywood -como solían llamarla- nació el 1 de junio de 1926, en Los Angeles, California. De padre ausente y madre demente, debió transitar gran parte de su infancia en distintos orfanatos. Comenzó a trabajar cuando era adolescente. Antes de cumplir los 20 años, tuvo una fugaz carrera como modelo, que fue sin dudas el comienzo de una exitosa trayectoria, en la que su imagen fue su gran fortaleza.
En poco tiempo, se convirtió en uno de los rostros (y cuerpos) más populares de aquella época. Sus apariciones en TV, sus films –participó en más de treinta películas-, y sus fotografías lograron dar la vuelta al globo y, así, su aspecto físico se cristalizó como ícono de la belleza en todo el mundo.
Como tantos otros personajes legendarios de la meca del cine, Marilyn padeció una vida vertiginosa e incontrolable. Murió a los 36. Gracias a su perfil de femme fatal, combinado con una espontánea ingenuidad, se convirtió en símbolo sexual de los años 50 y, aún hoy, se la considera una de las mujeres más sensuales de todos los tiempos.
Las razones están a la vista: fue una rubia despampanante, de figura voluptuosa y voz susurrante, que supo alimentar el éxito con el sexo opuesto gracias a su inigualable frescura. En una entrevista se le preguntó de qué manera dormía y ella perspicazmente respondió: "Con unas gotas de Channel N°5". Esa era Marilyn; esa es la imagen que perdura.