Angelina Jolie y Brad Pitt
El dice: "Es sexy, desinhibida, espontánea".
Ella dice: "Nunca hago nada sin pensarlo bien".
No es que John y Jane Smith, marido y mujer, sean el agua y el aceite, pero su combinación —o combustión, ya que se trata de personajes interpretados por Brad Pitt y Angelina Jolie— parece complicada bajo un mismo techo.
Resulta que uno y otro son asesinos profesionales, pero cada uno esconde su "trabajo" al otro.¿Desconfianza mutua en un matrimonio en apariencia perfecto, o una mentira para salvaguardar a la otra media naranja? En fin, la competencia en la pareja nunca es sana.
Por cosas que no vienen al caso aclarar —porque ésta es una película ideal para ver y disfrutar en pareja, y hablar de cualquier tema mientras siguen los tiros en pantalla—, cuando sus respectivos jefes les den a cada uno 48 horas para acabar con el otro, el asunto comenzará a crecer. Los personajes se deciden a pasar a los hechos, pero ya se sabe, hablando se entiende la gente. Debe ser amor.Mientras los diarios, la TV y en internet se hacen eco del romance de Brad y Angelina, que se conocieron rodando Sr. y Sra. Smith, la película tiene mucho, mucho tiroteo, pero del que tanto se habla en la prensa hay uno solo. Y viene después de un ataque violento entre ellos, a los golpes y casi casi llegando a La guerra de los Roses.
Si fuera necesario recordar los títulos en los que la película de Doug Liman (Identidad desconocida) hace por momentos pie, habría que sumar Mentiras verdaderas, El honor de los Prizzi y hasta la Psicosis de Gus Van Sant ("Es la única mujer en la que confío", dice un compañero de trabajo de John —Vince Vaughn, protagonista de la remake del filme de Hitchcock—... hablando de su madre, que por supuesto no aparece en imagen) y hasta Butch Cassidy.
Pero esto es ante todo una comedia, romántica y de acción, por lo que lo que importa son los chistes, los besos apasionados y los tiros. Hay mucho agua, fuego y vidrios astillados —qué bien se ven en el cine, qué lindo efecto tienen los vidrios cuando se hacen pedazos, habrá pensado el director—, momentos de buen humor y, bueno están Brad y Angelina, la razón principal por la que el público pagó su entrada.
Pitt parece sentirse más cómodo en el rol del farsante enamorado, un papel que viene probando desde hace tiempo, al lado de Julia Roberts o quien en el casting le pongan en el camino. Angelina luce sus encantos como siempre, y lo mejor es cuando pone esa carita de contrariada. Se sabe: tiene un par de escudos —sus labios— con qué protegerse de las balas que abundan.
