Rusell Crowe y Renné Zellweger en "Cinderella Man"
"El primer filme del año que tiene garantizada la nominación al Oscar a Mejor Película". Así recibió el comentarista del Toronto Star, Peter Howell, el estreno de Cinderella Man. Y no fue el único entusiasta. De hecho, hasta los críticos a quienes el filme no hizo mayor gracia suscriben la afirmación.
La cinta, que reúne al director, protagonista y guionista de la oscarizada Una Mente Brillante (Ron Howard, Russell Crowe y Akiva Goldsman, respectivamente) no tuvo gran presencia en la taquilla estadounidense de este fin de semana y se estrena en una fecha poco habitual para quienes buscan los favores de la Academia de Hollywood. Así y todo, ya ha llevado a la prensa a especular acerca de la posibilidad de que otra cinta sobre boxeadores -después de Million Dollar Baby- se lleve la estatuilla.
Tal como lo hizo Seabiscuit en 2003, Cinderella Man cuenta una historia edificante y esperanzadora, basada en hechos reales y ambientada en la depresión de los años '30. Todo comienza en 1928, con el púgil semipesado Jim Braddock (Crowe) viviendo un buen momento arriba del ring. Hijo de irlandeses instalados en Nueva York, tiene además una esposa leal y apoyadora (Renné Zellweger), tres hijos y un manager que es un buen tipo (Paul Giamatti).
Pero la suerte lo abandona: se lesiona, empieza a perder peleas y, como muchos de sus compatriotas, conoce los rigores de la pobreza. Sin embargo, y según anuncia la voz en off del trailer promocional, "cuando un hombre necesitaba una segunda oportunidad, su familia le dio el coraje para desafiar la adversidad".
Según el crítico Roger Ebert, del Chicago Sun-Times, la cinta tiene un componente extraño en estos días: un protagonista que es un "duro", pero que al mismo tiempo despliega sistemáticamente su buen corazón. "Habría que volver a actores como James Stewart y Spencer Tracy para encontrar tal bondad y amabilidad".
Por su parte Manohla Dargis, en The New York Times, habla de una cinta lacrimógena y anticuada, que sin embargo ofrece solidez en los roles protagónicos. Una de las satisfacciones que ofrece el filme, concluye, es que "la historia que se desarrolla dentro del ring no es la misma que Howard, sus guionistas y el compositor de la música parecen interesados en vender".
Veterano de Hollywood y con experiencia dirigiendo a Crowe, Ron Howard no dejó de tener problemas para trabajar con el actor australiano, cuyo ánimo cambiante obligó a recalendarizar las fechas de rodaje.