11 julio 2005

AMOR ENTRE MUJERES


Posted by Picasa

La escena de amor entre dos mujeres es un clásico de la TV... porno.
Puestas allí para la mirada masculina, las chicas saben que aquella es su función última, y para eso es que se miran y se tocan. Las lesbianas "en serio", sin embargo, las que arman parejas, las que tienen conflictos, las que descartaron a los hombres de su universo erótico, habían tenido apenas un referente protagónico en televisión, con Ellen, y la serie tampoco hacía foco en su día a día de homosexual.
The L World no va con rodeos. Un lindo beso entre Bette (Jennifer Beals, la de Flashdance) y Tina (Laurel Holloman) abre el capítulo estreno de la serie. Las mujeres se despiden en la mañana de un día especial: Bette se va a trabajar, y Tina parte hacia la clínica donde le harán una inseminación artificial. Pero las cosas no serán fáciles como aparentan. Los espermatozoides del amigo donante no tienen casi movilidad. Hay que encontrar otro voluntario mientras dure la ovulación, o sea, urgente.
El bar donde se reúnen para almorzar verá pasar a esta pareja y a sus amigas tan homosexuales como ellas, cada una con su personalidad y su manera diferente de vivir su opción sentimental. Una sola responde —por fuera— al estereotipo de la desaliñada marimacho. Las demás navegan entre el glamour, el look ejecutiva y un tranquilo estilo ama de casa. Las muchachas no se esconden, pero el ámbito ayuda: estamos en "la ciudad del pecado", Los Angeles, y no en un pueblito del medio oeste norteamericano.
Dirigida por Rose Troche, cineasta independiente y militante gay, y producida por mujeres que también saben de qué se trata, esta serie despertó, claro, su polémica en los Estados Unidos. Como botón de muestra baste la charla entre las amigas después de la fiesta que dieron Bette y Tina en su intento vano por encontrar un nuevo donante. "Así es el nuevo hombre —dice una—, más espiritual. Ve a su esperma como una extensión de sí mismo. El de antes eyaculaba en cualquier mujer sin pensar en el futuro. Al de ahora le importa qué será de su semen". "Perfecto —reacciona Bette—. Se tenían que poner sensibles justo ahora que necesitamos a los idiotas de siempre.
El otro conflicto fuerte lo plantea la llegada al barrio gay de Jenny (Mia Kirshner), una hetero que, justamente, se muda junto a su atractivo novio. Ni una semana pasa antes de que a la chica se le de vuelta la cabeza por los decididos avances de Marina, quien la seduce por el costado intelectual y termina apretándola en un baño. La pobre Jenny se tienta bastante, pero se asusta y corre para su casa. Ya frente a su novio, reacciona de la manera más elemental: lo desnuda, apurada, buscando ratificar enseguida su pasión por "la diferencia".
Provocativa, con ritmo, y sostenida por una mirada que no busca el drama pero tampoco le rehúye, The L World parece una opción entretenida y auténtica.