Cómo los franceses no se iban a molestar. En mayo pasado, en el Festival de Cine de Cannes, un sector de la prensa francesa abucheó la última película de Sofia Coppola, "María Antonieta". Una directora estadounidense se atrevía a hacer un cinta sobre uno de sus iconos; película que, más encima, daba una mirada más juvenil que docta a la ejecutada reina de Francia. La polémica fue a tanto que el padre de la directora, Francis Coppola, salió en su defensa.
Pese a las quejas, la crítica internacional alabó el filme, y en octubre pasado, cuando debutó en EE.UU., los críticos también lo aprobaron.
En su forma, "María Antonieta" es una película convencional. Tiene música rock, pero sólo en los créditos, y Coppola no inventa planos ni abusa de la cámara en mano. Su mirada joven está manifestada en la manera como aborda el personaje mismo de María Antonieta, interpretado por Kirsten Dunst.
El palacio de Versalles se abrió sin restricciones al equipo de Coppola, que filmó su cinta entre enero y abril de 2005. Allí se recrearon las fastuosas fiestas de María Antonieta, sus correrías por los pasillos y su furtivo romance con un soldado.
El personaje real, archiduquesa de Austria, llegó a la nobleza francesa a los 14 años, cuando se casó con Luis XVI. Y Dunst, presente en todas las escenas de la cinta, la interpreta como una adolescente. Apegada a sus mascotas, llora cuando debe dejar todas sus posesiones en Austria antes de pasar a territorio francés. También se revela como una chica aproblemada, que sufre por no obtener el interés de su esposo, Luis XVI (Jason Schwartzman), como para consumar su matrimonio. Además, se ve la presión de su madre, la emperatriz María Teresa (Marianne Faithfull), por que lo consiga. También se muestra su profundo sufrimiento cuando su hijo, cuyo destino era ser rey de Francia, muere siendo un bebé.
Un momento clave es cuando ella es enfrentada a la infame cita "si no tienen pan, que coman torta". Sorprendida, ella reclama: "¡Yo jamás diría algo así!"