Leonardo DiCaprio (32) sabe de polémicas. Las conoció por primera vez cuando interpretó a un joven que asesinaba a sus compañeros de colegio en "The basketball diaries" (1995). También cuando los tailandeses reclamaron por el daño sufrido en locaciones de ese país donde se filmó "La playa" (2000). Y cuando intentó impedir el estreno de "Don's plum", que había rodado como un favor entre amigos.
Bueno, hoy debuta en EE.UU. el filme que lo hizo vivir su última controversia: "Diamante de sangre" lo enfrentó a la poderosa industria detrás de esas piedras preciosas. La cinta de Ed Zwick ("El último samurái") se ambienta en el país africano de Sierra Leona, en la inestabilidad política de fines de los 90, en torno a lo que se llamó los "diamantes de guerra". Es decir, el comercio ilegal de gemas por parte de grupos rebeldes para financiar sus campañas. Allí un ex soldado transformado en mercenario (DiCaprio) y un campesino (Djimon Hounsou) buscarán una pieza preciada para cambiar sus vidas.
En septiembre pasado, la empresa De Beers -líder en la industria- manifestó su preocupación de que la película pudiese dañar las ventas de diamantes. La firma señaló que en la actualidad ese comercio ilegal está prácticamente erradicado (dicen que corresponde a sólo el 1% del mercado).
Y aunque nadie habló de complot, lo cierto fue que a las pocas semanas apareció en los medios de EE.UU. el alegato de varios africanos amputados que habían servido de extras en el filme y que reclamaban el incumplimiento de los productores en el compromiso de entregarles prótesis a cambio de sus servicios.
La polémica ponía en duda el futuro del filme, pero ahora el panorama pinta bien. La crítica ha sido positiva y el miércoles 6, la National Board of Review eligió "Diamante..." como una de las mejores cintas del año y a Hounsou, como el Mejor Actor Secundario