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Sin Wes Craven, el cine de terror no sería lo mismo. El director no sólo creó en 'Pesadilla en Elm Street' (1984) a uno de los monstruos más emblemáticos del celuloide, el 'fan' de las cuchillas Freddy Krueger, sino que fue el responsable de revitalizar el grito adolescente con la saga 'Scream'.
Cinco años después de cerrar aquella trilogía, Craven vuelve a encarar otro filme protagonizado por jovencitos, una vez más apoyado por el guionista de 'Scream', Kevin Williamson.
Además, ha recurrido a Christina Ricci (toda una musa 'indie,' que también ha coqueteado con el género en 'La bendición') como protagonista.
La que fuera Merlina en 'La familia Addams' se ve inmersa en una historia de hombres lobos, caracterizada por los sobresaltos, sí, pero aderezada con mucha ironía y llena de referencias a los fanáticos de las películas de miedo.
Arropan a la actriz otros ídolos de quinceañeras como Joshua Jackson ('Leyenda urbana') o Jesse Eisenberg ('The Emperors Club'). Y, cómo no, tampoco podían faltar las chicas potentes, caso de Portia De Rossi (la abogada rubia de 'Ally McBeal', más conocida últimamente por ser la pareja de la también actriz Ellen DeGeneres) o Shannon Elizabeth (la estudiante de intercambio de 'American Pie').
