Un panorama a toda vista decadente, pero que la anciana Edith Bouvier Beale y su hija, del mismo nombre, no daban por real, ya que vivían cons lo mismos aristocráticos del pasado.
Ese retrato es el que captaron los hermanos directores Albert y David Maysles Maysles, a quienes esta madre e hija les abrieron las puertas y su historia, resultando el documental Grey gardens (nombre de la decaída residencia), que se estrenó en 1975 y que se convirtió en un título de culto. Pero pasaron más de tres décadas para que Hollywood rescatara este testimonio y el resultado es el filme de TV homónimo del canal HBO, con Jessica Lange y Drew Barrymore en los protagónicos, una producción que arrasó esta semana con 17 nominaciones al Emmy.
El telefilme se centra en estas dos mujeres en el período en que hablan a las cámaras de los documentalistas. Así se revisan sus años de juventud y riqueza, el control de la madre sobre la hija, las aspiraciones a estrella de esta última y una inquietante simbiosis de personalidades.
Desde que salió a la luz, la historia de las Bouvier Beale despertó distintos homenajes. Libros, exposiciones fotográficas, obras de teatro y colecciones en el mundo de la moda. La "pequeña" Edith se transformó en un personaje que impactó a los diseñadores, por un sentido del estilo generado desde la precariedad. Sus turbantes (que ocultaban su alopecia) son una marca registrada que Barrymore luce en un retrato magistral, que la ubica como favorita al Emmy