En la cinta, Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg interpretan a un matrimonio que llega a una casa perdida en un bosque para lidiar con la muerte de su hijo. El perturbador relato tiene de todo: terror, violencia, sexo explícito y hasta escenas de mutilación. Imágenes lo suficientemente impactantes para provocar abucheos por parte de la crítica y una que otra risa. Pero también hubo calurosos aplausos. Porque una cosa es clara: a favor o en contra, el cine de Von Trier no deja indiferentes a sus espectadores.
"No tengo que justificarme", dijo el director a un periodista durante su tenso encuentro con los medios internacionales. Y, manteniendo siempre el buen humor y la altivez, agregó: "Trabajo para mí mismo. No he hecho la película para usted o para la audiencia".
Cuando se le pidió describir su filme, no fue fácil. "Es un sueño dentro de una película", se limitó a decir. Y reconoció que la cinta le sirvió de terapia para superar una depresión que arrastra desde hace dos años: "Por eso es la experiencia profesional más importante de mi carrera. Me vino bien la rutina del rodaje, pero todavía no he encontrado armonía en mi vida", afirmó.
Los expertos también se sorprendieron con la dedicatoria al final de la película: está dirigida al realizador ruso Andrei Tarkovsky, de quien se confesó como devoto admirador. "Si le dedicas la película a un director, nadie dirá que le has robado".
Por la tarde, el juicio de los críticos reflejó la diversidad de reacciones provocada por la exhibición matutina. Peter Brunette, de The Hollywood Reporter, afirmó: "Visualmente hermosa y acarreando ideas grandiosas y fascinantes que terminan abrumando a la modesta historia que sirve como su vehículo, ésta puede ser la película menos exitosa en los artístico que Von Trier ha hecho".
Cantona, ídolo en el cine
Ni siquiera el riguroso público cinéfilo pudo contenerse ante la visita de uno de los ídolos máximos del fútbol. La firma de autógrafos no se hizo esperar para el francés Eric Cantona, ex estrella del Manchester United, que llegó ayer a Cannes para promocionar la película en competencia "Looking for Eric", del británico Ken Loach. En la comedia, presentada ayer, un cartero en crisis recibe los consejos del futbolista, una especie de "ángel guardián", para recuperar su vida. La cinta obtuvo calurosos aplausos del público, pero dividió a la crítica: "Los problemas de tono y desarrollo de personaje no son resueltos por la relajada dirección de Loach", dijo Variety.