Una de las mujeres más glamorosas de la década del '70 terminó sus días como una feroz luchadora contra el cáncer, sobreponiendo su valentía al dolor, y secundada por su compañero de toda la vida, con el que vivió una historia de amor de luces y sombras. Farrah Fawcett, actriz, ícono de una década, protagonista de Los ángeles de Charlie, murió a los 62 años en un hospital de Santa Monica, California. A su lado estaba Ryan O'Neal, quien como prueba de su amor incondicional le había propuesto matrimonio en su lecho de muerte.
La chica de la cabellera dorada (nacida como Ferrah Leni Fawcett) copiada por millones de mujeres a fines de los años 70, había nacido el 2 de febrero de 1947 en Corpus Christie, Texas, en una familia católica. Su carrera, como el de tantas rubias beldades, empezó con una foto que le tomaron en su escuela secundaria, donde se destacaba por ser la señorita belleza. Captada por un publicista de Hollywood, Farrah enseguida fue tentada para probar suerte en la Meca del Cine.
Y los '60 fueron el momento en que la dentadura perfecta y el pelo inigualable se hicieron famosos en varias publicidades de dentífrico y shampú. Pasaron también algunas participaciones en series hasta que conoció a Lee Majors -con quien estuvo casada entre 1973 y 1982, época en la que se llamaba Farrah Fawcett-Majors-. El se hizo conocido por entonces con El hombre nuclear y Farrah apareció, tímidamente, en algunos episodios. Pero fue un poster -del que se vendieron millones de copias- con Farrah enfundada en una traje de baño rojo y una sonrisa pintada, lo que marcó su explosiva fama.
En 1976, cobrando 10 mil dólares por episodio, se convirtió en uno de Los ángeles de Charlie junto a Kate Jackson y Jaclyn Smith. Curiosamente, Farrah apareció sólo durante una temporada de la serie (fue reemplazada por Cheryl Ladd que, interpretaba a su hermana menor Kris) y después hizo algunas participaciones como invitada, pero con eso le alcanzó para ser, no sólo la más famosa de las agentes secretas del trío (en sus distintas variantes) sino también, una de las actrices más copiadas en su look. "Ella tuvo un coraje extraordinario y la vamos a extrañar", declararon juntas Jackson y Smith al enterarse de la muerte de Farrah.
La serie fue de las más exitosas de todos los tiempos y miles de chicas, en los Estados Unidos, fueron bautizadas Farrah. Con el fin de la década también llegó el fin de su matrimonio con Majors, ya que él se sentía totalmente opacado por la fama y el brillo de su mujer.
Pero después de un breve romance con el productor James Orr, apareció el que sería, hasta ayer, el gran amor de su vida: Ryan O'Neal. El actor había sido uno de los sex symbols de los '70, sobre todo después de Love Story donde su personaje perdía a su amada (Ali McGraw) debido a la leucemia. La desgracia parece haber perseguido al actor quien sufrió la misma enfermedad, hace casi una década. Cuando finalmente se curó, fue su esposa Farrah quien se enfermó.
Estuvieron juntos 17 años, tuvieron un hijo, Redmond (hoy de 24 años, preso por tenencia de heroína) y el impasse que pusieron a su relación se rompió cuando empeoró la salud de Farrah.
La carrera de Farrah tuvo grandes altibajos. Hizo varias películas, entre ellas Cannonball junto a Burt Reynolds (1981) y Acorralada (1986) basada en una historia real, por la que fue nominada a los premios Emmy y Globo de Oro (seis veces recibió nominaciones pero nunca ganó) y después de la cual se involucró en la lucha contra la violencia doméstica. Y actuó también junto a Robert Duvall en El apóstol (1998), pero a pesar de las buenas críticas, su carrera no volvió a tener el brillo de sus comienzos.
A los 48 años Farrah sorprendió a todo el mundo (incluso a sus fans, que nunca le faltaron) posando para Playboy y la edición de la revista fue la más vendida de la década, demostrando que las fantasías que despertó alguna vez estaban intactas. Allí pudo verse que siempre fue una chica atlética.
En 2006 le fue diagnosticado un cáncer de colon y recto que un año después había remitido. Sin embargo, hace pocos meses la enfermedad volvió a atacar y aceleró el final. Antes, Farrah y su pareja, apoyados por varios amigos, decidieron filmar un documental sobre la batalla a la que debió someterse contra la enfermedad. El resultado es el filme La historia de Farrah
A partir del tratamiento de Farrah, el amor entre ella y Ryan volvió a nacer. El no la dejó nunca sola y en un gesto de caballerosidad, hace pocos días, el actor declaró en una entrevista a la periodista Barbara Walters que le había pedido matrimonio porque ellos, a pesar de los años que pasaron juntos, nunca formalizaron. "Ella aceptó y nos casaremos apenas pueda asentir con la cabeza", agregó. Algo que, lamentablemente, no se pudo concretar.
La actriz siempre fue conciente del riesgo que corrió su vida. "Sé que todos tenemos que morir algún día, pero no quiero morir de esta enfermedad", afirmó. "Quiero vivir. Por eso le digo a Dios, porque el final está en sus manos: es tiempo de un milagro", contó con una lucidez conmovedora.
La misma entereza que tuvo al enfrentar los efectos de la quimioterapia que hicieron estragos en su legendaria melena, el año pasado. Ella misma decidió raparse la cabeza terminando con una de las imágenes más emblemáticas de una época, detrás de la cual fueron millones de mujeres en la década del '70. De su época de gloria como ángel de Charlie, recordaba, irónica: "Cuando la serie se convirtió en una de las tres más vistas yo creía que era por nuestras actuaciones. Cuando pasó a ser la número uno, me di cuenta de que sólo era porque ninguna de nosotras usaba corpiños".
Aquella chica dorada, de sonrisa publicitaria y brushing perfectos, será eterna.
La chica de la cabellera dorada (nacida como Ferrah Leni Fawcett) copiada por millones de mujeres a fines de los años 70, había nacido el 2 de febrero de 1947 en Corpus Christie, Texas, en una familia católica. Su carrera, como el de tantas rubias beldades, empezó con una foto que le tomaron en su escuela secundaria, donde se destacaba por ser la señorita belleza. Captada por un publicista de Hollywood, Farrah enseguida fue tentada para probar suerte en la Meca del Cine.
Y los '60 fueron el momento en que la dentadura perfecta y el pelo inigualable se hicieron famosos en varias publicidades de dentífrico y shampú. Pasaron también algunas participaciones en series hasta que conoció a Lee Majors -con quien estuvo casada entre 1973 y 1982, época en la que se llamaba Farrah Fawcett-Majors-. El se hizo conocido por entonces con El hombre nuclear y Farrah apareció, tímidamente, en algunos episodios. Pero fue un poster -del que se vendieron millones de copias- con Farrah enfundada en una traje de baño rojo y una sonrisa pintada, lo que marcó su explosiva fama.
En 1976, cobrando 10 mil dólares por episodio, se convirtió en uno de Los ángeles de Charlie junto a Kate Jackson y Jaclyn Smith. Curiosamente, Farrah apareció sólo durante una temporada de la serie (fue reemplazada por Cheryl Ladd que, interpretaba a su hermana menor Kris) y después hizo algunas participaciones como invitada, pero con eso le alcanzó para ser, no sólo la más famosa de las agentes secretas del trío (en sus distintas variantes) sino también, una de las actrices más copiadas en su look. "Ella tuvo un coraje extraordinario y la vamos a extrañar", declararon juntas Jackson y Smith al enterarse de la muerte de Farrah.
La serie fue de las más exitosas de todos los tiempos y miles de chicas, en los Estados Unidos, fueron bautizadas Farrah. Con el fin de la década también llegó el fin de su matrimonio con Majors, ya que él se sentía totalmente opacado por la fama y el brillo de su mujer.
Pero después de un breve romance con el productor James Orr, apareció el que sería, hasta ayer, el gran amor de su vida: Ryan O'Neal. El actor había sido uno de los sex symbols de los '70, sobre todo después de Love Story donde su personaje perdía a su amada (Ali McGraw) debido a la leucemia. La desgracia parece haber perseguido al actor quien sufrió la misma enfermedad, hace casi una década. Cuando finalmente se curó, fue su esposa Farrah quien se enfermó.
Estuvieron juntos 17 años, tuvieron un hijo, Redmond (hoy de 24 años, preso por tenencia de heroína) y el impasse que pusieron a su relación se rompió cuando empeoró la salud de Farrah.
La carrera de Farrah tuvo grandes altibajos. Hizo varias películas, entre ellas Cannonball junto a Burt Reynolds (1981) y Acorralada (1986) basada en una historia real, por la que fue nominada a los premios Emmy y Globo de Oro (seis veces recibió nominaciones pero nunca ganó) y después de la cual se involucró en la lucha contra la violencia doméstica. Y actuó también junto a Robert Duvall en El apóstol (1998), pero a pesar de las buenas críticas, su carrera no volvió a tener el brillo de sus comienzos.
A los 48 años Farrah sorprendió a todo el mundo (incluso a sus fans, que nunca le faltaron) posando para Playboy y la edición de la revista fue la más vendida de la década, demostrando que las fantasías que despertó alguna vez estaban intactas. Allí pudo verse que siempre fue una chica atlética.
En 2006 le fue diagnosticado un cáncer de colon y recto que un año después había remitido. Sin embargo, hace pocos meses la enfermedad volvió a atacar y aceleró el final. Antes, Farrah y su pareja, apoyados por varios amigos, decidieron filmar un documental sobre la batalla a la que debió someterse contra la enfermedad. El resultado es el filme La historia de Farrah
A partir del tratamiento de Farrah, el amor entre ella y Ryan volvió a nacer. El no la dejó nunca sola y en un gesto de caballerosidad, hace pocos días, el actor declaró en una entrevista a la periodista Barbara Walters que le había pedido matrimonio porque ellos, a pesar de los años que pasaron juntos, nunca formalizaron. "Ella aceptó y nos casaremos apenas pueda asentir con la cabeza", agregó. Algo que, lamentablemente, no se pudo concretar.
La actriz siempre fue conciente del riesgo que corrió su vida. "Sé que todos tenemos que morir algún día, pero no quiero morir de esta enfermedad", afirmó. "Quiero vivir. Por eso le digo a Dios, porque el final está en sus manos: es tiempo de un milagro", contó con una lucidez conmovedora.
La misma entereza que tuvo al enfrentar los efectos de la quimioterapia que hicieron estragos en su legendaria melena, el año pasado. Ella misma decidió raparse la cabeza terminando con una de las imágenes más emblemáticas de una época, detrás de la cual fueron millones de mujeres en la década del '70. De su época de gloria como ángel de Charlie, recordaba, irónica: "Cuando la serie se convirtió en una de las tres más vistas yo creía que era por nuestras actuaciones. Cuando pasó a ser la número uno, me di cuenta de que sólo era porque ninguna de nosotras usaba corpiños".
Aquella chica dorada, de sonrisa publicitaria y brushing perfectos, será eterna.