A los 32 años, Colin Farrell se ha ganado un título: el de estrella del cine de acción de Hollywood. Atrás quedaron sus escándalos con mujeres y sus problemas con el alcohol. Hoy, Farrell se concentra en su carrera y en ser fichado por grandes directores: "He sido lo suficientemente afortunado para formar parte de buenos proyectos y trabajar con fantásticos cineastas, cuyos filmes he visto y he amado. Pero todo ha ocurrido tan rápido, que no he tenido la oportunidad de pensar, '¿por qué lo estoy haciendo?'", comentó el irlandés a la revista Premiere.Este año, Farrell no descansó y se sumergió por completo en su trabajo y en protagonizar cintas de acción: inauguró 2008 con "Desaparecidos", el segundo filme del director inglés Martin McDonagh. En esta cinta de 107 minutos, rodada totalmente en la ciudad belga de Brujas, Farrell interpreta a un asesino a sueldo y en ella trabaja junto al irlandés Brendan Gleeson, un especialista en papeles duros.
Según Roger Ebert, el primer crítico de cine con estrella en el Paseo de la Fama, "Desaparecidos" es una película que "no para de sorprender, es muy oscura, una comedia humana con un argumento que no puede ser previsto, sino que sólo es agradable".
Farrell aterrizará pronto en salas locales junto a Edward Norton con "Honor y orgullo", un filme de corrupción en la policía estadounidense dirigido por Gavin O'Connor. El cineasta escribió la historia en 1999, basándose en la experiencia de su padre, quien fue policía de Nueva York.El filme tuvo varios retrasos en la producción, incluidos los atentados del 11 de septiembre de 2001, hasta que en febrero de 2006 comenzó el rodaje en la Gran Manzana. En este filme, que también tiene a Jon Voight en el elenco, Norton es Ray, un policía que descubre un caso de corrupción que involucra a su propio cuñado (Farrell).
