Sin embargo, tras los éxitos alcanzados con la película dirigida por Clint Eastwood -Million Dollar Baby- y luego con él tras las cámaras -Crash-, Haggis consiguió el apoyo suficiente para rodar esta historia que es su llamado de atención sobre las brutales marcas que la guerra deja después de volver del campo de batalla.
Con el prestigio alcanzado, el guionista y director logró por poco dinero contar con un elenco de primera línea. Tommy Lee Jones encarna a Hank Deerfield, el veterano de Vietnam que sale en busca del hijo que ha regresado al país, pero que nunca llegó a casa. Susan Sarandon es su mujer, quien angustiada presiente que deberá enfrentar la muerte de su segundo vástago, ya que el otro -también militar- cayó de un helicóptero durante una campaña.
Y Charlize Theron es una detective menospreciada en su sección que ve en este dramático caso la oportunidad de demostrar sus condiciones y, de paso, ayudar a este padre que -ante la poca colaboración de la policía- decide comenzar una investigación por su cuenta.
Estrenada en septiembre en Venecia, el filme llega arropado de elogios de la crítica, sobre todo por la formidable actuación de Tommy Lee Jones.
El drama de la familia se intensifica con el hallazgo del cuerpo calcinado y descuartizado. A partir de ese momento, abatido pero resuelto, el padre comienza la búsqueda de los culpables, que es la verdadera intriga del filme. Para ello, debe reconstruir los pasos de su hijo tras volver de Medio Oriente y, en ese proceso, se enfrenta a una trama que mezcla drogas, violencia y prostitución.
Con la oscuridad y la angustia que despide el filme, Haggis pretende demostrar que el campo de batalla no está tan lejos como parece.