18 agosto 2006

Snakes on a plane


El público norteamericano llenó el viernes las salas de cine para ver una película a partir de un título entre atrapante y ridículo, Snakes on a Plane ("Víboras en un avión"), y de una gran movida por internet. Y parecieron satisfechos con los resultados. "Vine a verla por lo que leí en internet, y el título me atrapó porque suena excitante y a la vez estúpido", dijo a la salida de una función matutina en Nueva York, Colin Cowes, de 15 años, el target adecuado para la película de suspenso protagonizada por Samuel L. Jackson que aquí se verá desde el 14 de setiembre.

Las largas colas en los cines hacen suponer que el filme, que costó 30 millones de dólares, podría llegar a superar esa cifra en su primer fin de semana. Y los fans la vieron al mismo tiempo que los críticos, ya que no existieron las proyecciones habituales previas para la prensa.

Según "la leyenda", Jackson accedió a protagonizar la película sólo por su título y amenazó con abandonar la producción cuando alguien sugirió cambiarlo (por suerte no sabe que aquí se llamará con el poco original y ya usado Terror a bordo).

Esa "actitud" del actor se propagó por internet y en poco tiempo, Snakes... se convirtió en un fenómeno de páginas de fans, blogs, videos paródicos y bromas. De hecho, los guionistas terminaron incluyendo en la película sugerencias de los fans.

En las últimas semanas, el rumor online pasó a los medios masivos: revistas, diarios y TV. A la vez, los miedos que rodean actualmente a los viajes por avión han ayudado a "propagar" el fenómeno a niveles impensados.

El filme se centra en un agente del FBI que trata de controlar un avión que un grupo mafioso llenó con una plaga de serpientes venenosas para matar a un testigo.