En 'My Own Private Idaho', Gus Van Sant recupera la temática homosexual en uno de los trabajos más recordados del malogrado River Phoenix. El director de Kentucky unió a dos de los talentos juveniles de la época para pintar el retrato de dos prostitutos de procedencia bien diferente. Mike Waters (Phoenix) es un chico introvertido y narcoléptico que, entre sueños y vigilias, busca a la madre que le abandonó de niño. Scott Favor (Keanu Reeves), por su parte, desafía a su poderosa familia y vive como un vagabundo cuando se sabe heredero próximo de una gran fortuna.
Con la sola compañía de una hoguera en el campo, se produce la escena más tierna, según algunos la declaración de amor más sentida de un hombre a otro en el cine. El frágil Mike confiesa a Scott sus sentimientos en unas palabras que River Phoenix improvisó y que finalmente se quedaron en el metraje. Su amigo, sin embargo, prefiere tomar otro rumbo. Una chica se cruza en su camino.