Su nombre suena con insistencia como futuro ganador del Oscar a mejor actor y su rostro nos es cada vez más familiar. Este joven actor australiano (Perth, 1979) que se hizo famoso por sus interpretaciones en «El patriota» y «Destino de caballero» ha sorprendido a propios y extraños con su impresionante trabajo en el filme «Brokeback mountain», donde se pone en la piel de Ennis del Mar, un cowboy en la década de los sesenta, que se enamora de su colega, Jack Twist (Jake Gyllenhaal). Un amor prohibido que les puede costar la vida y que se extiende a lo largo de tres décadas. Ang Lee dirige esta delicada película, firme candidata a acaparar estatuillas doradas, que ya ha sido la triunfadora de los Globos de Oro y con la que el realizador ganó el León de Oro en la última edición del Festival de Venecia.
-¿Por qué aceptó involucrarse en un proyecto como «Brokeback Mountain»?
-Bueno, el proyecto se estuvo preparando durante muchos años y nunca llegaba a concretarse porque ningún actor quería aceptarlo, ya que los agentes lo consideraban de esa clase de papeles que pueden hundir tu carrera. Así que yo, contra la opinión de mi representante, y aun sabiendo que era de los últimos de la lista, decidí intentarlo. Y aquí estoy (sonríe).
-¿Tanto le apetecía?
-Lo cierto es que hay determinados papeles que son un reto para cualquier actor y éste es uno de ellos. El hecho de que Ennis hable tan poco no es -como muchos creen- algo aburrido, sino que te obliga a expresar tus sentimientos con otra clase de trabajo. En cada página del guión yo tenía una frase pero allí no me indicaba cómo tenía que moverme o lo que tenía que hacer con mis gestos, y ese punto es el que me interesaba. Este papel me ha dado la libertad de construir un personaje desde abajo, desde mi propia psicología. Además era importante para mí interpretar un papel tan duro y alejarme de encasillamientos.
-¿«Monster´s Ball» fue el principio de esa política?
-No creo que se le pueda llamar «política», pero sí es cierto que «Monster´s Ball» fue un paso muy importante porque por primera vez en mi carrera sentí que formaba parte de algo importante y que la historia que contábamos era profunda y madura y tenía algo que decir.
-¿Qué ha resultado más difícil en su interpretación de «Brokeback Mountain»?
-¿En Ennis? Bueno, creo que lo más difícil era tratar de ajustar los matices en lo que a la edad se refiere. Como sabe, la película transcurre durante cerca de tres décadas y los cambios son mínimos, así que intenté jugar mucho con la voz cuando es joven, para más tarde modularla a medida que el personaje se hace mayor... Además hubo poco tiempo para prepararlo. Yo venía de hacer «Los señores de Dogtown» y me incorporé enseguida al rodaje de «Brokeback Mountain», así que fue un trabajo a conciencia.
-Muchos han hablado de su trabajo con la voz en esta película...
-Gracias. La verdad es que yo vengo de un pueblecito de Australia donde todos los granjeros hablan así, como cerrando la boca y hablando muy bajito. Cuando empecé a preparar el papel me acordé de eso y decidí usarlo. La verdad es que estoy muy satisfecho con el resultado final.
-¿Qué opina usted de toda esta polémica que envuelve cualquier película que implique la homosexualidad?
-Bueno, en primer lugar me sorprende, porque creo que esta película no habla de homosexuales sino de amor. Creo firmemente que la historia que vive Ennis es una historia de amor imposible, algo que todos hemos podido vivir en mayor o menor medida. Supongo que no se le puede pedir a todo el mundo que entienda esto, pero lo que sí pediría es que al menos lo respetasen.
-¿Hubiera participado en este proyecto si Ang Lee no hubiera estado involucrado?
-Pues la respuesta es, con un 90 por ciento de posibilidad de acierto, que no, no la hubiera hecho sin Ang Lee. Creo que hay pocos directores en el mundo que se tomen su trabajo tan en serio como él. Ang es una persona dulce, muy atenta, que se toma su tiempo para trabajar con los actores, que siempre está abierto a las preguntas y al que no le importa perder un día entero explicándote un matiz del papel si cree que puede ser importante para la película. Creo que tanto Jake (Gyllenhaal) como yo tuvimos suerte de tener una persona como Ang Lee al otro lado de la cámara, ya que nunca tuvimos dudas sobre lo que estábamos haciendo.
-¿Le sorprende que se haya podido rodar un filme como éste dentro del «sistema»?
-Relativamente, ya que la empresa que ha llevado adelante el proyecto, Focus Features, es famosa por haber conseguido llevar a la pantalla proyectos que parecían imposibles, como «Lejos del cielo», de Todd Haynes, y además lo ha hecho con criterios de calidad muy altos, así que sí, me sorprende, pero no demasiado, porque hay gente muy buena trabajando en Hollywood.
-¿Se podría decir que el 2005 fue uno de sus mejores años como actor?
-Se podría decir que el año 2005 fue uno de mis mejores años en general. Muy pronto voy a ser padre (su mujer, Michelle Williams, actriz que interpreta a su esposa en «Brokeback Mountain», dio luz a su hija el pasado 28 de octubre), he estrenado cuatro películas, cada una de las cuales no tiene nada que ver con la anterior, así que estoy feliz de cómo me van las cosas y sólo espero que siga la racha.
-¿Qué nos puede contar de sus próximos proyectos?
-Bueno, aún no se ha concretado, pero estoy preparando una película con Stacy Peralta, al que conocí cuando rodaba «Los señores de Dogtown» sobre la historia de Greg Noll, uno de los primeros surfistas de la historia, allá en los años cincuenta, y cómo su visión del surf contribuyó a crear un estilo de vida totalmente diferente. De momento estamos en ello
-¿Por qué aceptó involucrarse en un proyecto como «Brokeback Mountain»?
-Bueno, el proyecto se estuvo preparando durante muchos años y nunca llegaba a concretarse porque ningún actor quería aceptarlo, ya que los agentes lo consideraban de esa clase de papeles que pueden hundir tu carrera. Así que yo, contra la opinión de mi representante, y aun sabiendo que era de los últimos de la lista, decidí intentarlo. Y aquí estoy (sonríe).
-¿Tanto le apetecía?
-Lo cierto es que hay determinados papeles que son un reto para cualquier actor y éste es uno de ellos. El hecho de que Ennis hable tan poco no es -como muchos creen- algo aburrido, sino que te obliga a expresar tus sentimientos con otra clase de trabajo. En cada página del guión yo tenía una frase pero allí no me indicaba cómo tenía que moverme o lo que tenía que hacer con mis gestos, y ese punto es el que me interesaba. Este papel me ha dado la libertad de construir un personaje desde abajo, desde mi propia psicología. Además era importante para mí interpretar un papel tan duro y alejarme de encasillamientos.
-¿«Monster´s Ball» fue el principio de esa política?
-No creo que se le pueda llamar «política», pero sí es cierto que «Monster´s Ball» fue un paso muy importante porque por primera vez en mi carrera sentí que formaba parte de algo importante y que la historia que contábamos era profunda y madura y tenía algo que decir.
-¿Qué ha resultado más difícil en su interpretación de «Brokeback Mountain»?
-¿En Ennis? Bueno, creo que lo más difícil era tratar de ajustar los matices en lo que a la edad se refiere. Como sabe, la película transcurre durante cerca de tres décadas y los cambios son mínimos, así que intenté jugar mucho con la voz cuando es joven, para más tarde modularla a medida que el personaje se hace mayor... Además hubo poco tiempo para prepararlo. Yo venía de hacer «Los señores de Dogtown» y me incorporé enseguida al rodaje de «Brokeback Mountain», así que fue un trabajo a conciencia.
-Muchos han hablado de su trabajo con la voz en esta película...
-Gracias. La verdad es que yo vengo de un pueblecito de Australia donde todos los granjeros hablan así, como cerrando la boca y hablando muy bajito. Cuando empecé a preparar el papel me acordé de eso y decidí usarlo. La verdad es que estoy muy satisfecho con el resultado final.
-¿Qué opina usted de toda esta polémica que envuelve cualquier película que implique la homosexualidad?
-Bueno, en primer lugar me sorprende, porque creo que esta película no habla de homosexuales sino de amor. Creo firmemente que la historia que vive Ennis es una historia de amor imposible, algo que todos hemos podido vivir en mayor o menor medida. Supongo que no se le puede pedir a todo el mundo que entienda esto, pero lo que sí pediría es que al menos lo respetasen.
-¿Hubiera participado en este proyecto si Ang Lee no hubiera estado involucrado?
-Pues la respuesta es, con un 90 por ciento de posibilidad de acierto, que no, no la hubiera hecho sin Ang Lee. Creo que hay pocos directores en el mundo que se tomen su trabajo tan en serio como él. Ang es una persona dulce, muy atenta, que se toma su tiempo para trabajar con los actores, que siempre está abierto a las preguntas y al que no le importa perder un día entero explicándote un matiz del papel si cree que puede ser importante para la película. Creo que tanto Jake (Gyllenhaal) como yo tuvimos suerte de tener una persona como Ang Lee al otro lado de la cámara, ya que nunca tuvimos dudas sobre lo que estábamos haciendo.
-¿Le sorprende que se haya podido rodar un filme como éste dentro del «sistema»?
-Relativamente, ya que la empresa que ha llevado adelante el proyecto, Focus Features, es famosa por haber conseguido llevar a la pantalla proyectos que parecían imposibles, como «Lejos del cielo», de Todd Haynes, y además lo ha hecho con criterios de calidad muy altos, así que sí, me sorprende, pero no demasiado, porque hay gente muy buena trabajando en Hollywood.
-¿Se podría decir que el 2005 fue uno de sus mejores años como actor?
-Se podría decir que el año 2005 fue uno de mis mejores años en general. Muy pronto voy a ser padre (su mujer, Michelle Williams, actriz que interpreta a su esposa en «Brokeback Mountain», dio luz a su hija el pasado 28 de octubre), he estrenado cuatro películas, cada una de las cuales no tiene nada que ver con la anterior, así que estoy feliz de cómo me van las cosas y sólo espero que siga la racha.
-¿Qué nos puede contar de sus próximos proyectos?
-Bueno, aún no se ha concretado, pero estoy preparando una película con Stacy Peralta, al que conocí cuando rodaba «Los señores de Dogtown» sobre la historia de Greg Noll, uno de los primeros surfistas de la historia, allá en los años cincuenta, y cómo su visión del surf contribuyó a crear un estilo de vida totalmente diferente. De momento estamos en ello