Dos filmes que analizan diferentes aspectos de la incomunicación humana -"Gabrielle", del francés Patrice Chéreau, y "Proof", del británico John Madden- se proyectaron hoy en la sección competitiva oficial de la 62 edición del Festival de Cine de Venecia.
Tras la historia del amante desconocido de "Intimidad" y el misterioso hermano que protagoniza "Su hermano (Son frere)" -cintas que conquistaron, respectivamente, un Oso de Oro y un Oso de Plata en los Festivales de Berlín de 2001 y 2003-, el director francés Patrice Chéreau adapta en esta ocasión a la pantalla un cuento inesperadamente apasionado del gran escritor Joseph Conrad.
Se trata de "El regreso", en el que la pareja protagonista afronta su incapacidad de comunicarse en el París anterior al estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914.
El hombre -un muy convincente Pascal Greggory- está obsesionado por controlar todo lo que lo circunda y la mujer -extraordinaria la labor de Isabelle Huppert- se siente profundamente insatisfecha.
El drama se desencadena cuando ella intenta fugarse con otro, le deja una carta al marido, pero finalmente no se atreve y regresa al hogar.
Como en todas las películas de Chéreau, la escenografía, los trajes de época y la fotografía están extraordinariamente cuidados. Falla, en cambio, el núcleo de la trama que, al parecer, queda anticuado y pierde fuerza.
La idea de un hombre cultivado para quien su mujer es solamente un objeto de colección podía ser un hecho rutinario a principios del siglo XIX, cuando escribe el relato Conrad. Pero actualmente, la historia corre el riesgo de perder interés por la obviedad de la situación.
En la rueda de prensa posterior al pase, Chéreau dijo que ahora puede reconocer honestamente que con "Gabrielle" pensó en un momento que "estaba luchando por una causa perdida".
Unos meses después, sin embargo, "tenía un guión bien estructurado aunque lo que se decía en los diálogos me parecía demasiado importante y la actuación de los protagonistas, excesivamente perfecta".
"Rodé esta película muy rápido- agregó-, sin pensar demasiado, pero con un intenso sentimiento de pánico. Sentía la necesidad de lanzar este filme como una botella al mar. Sin embargo, me sorprendió enormemente la manera en que respondieron los actores. En la cinta todo fue paradójico: la rodé rápidamente pero la puesta en escena fue muy lenta".
Añadió que en esta cinta "pude utilizar todo lo que el teatro me enseñó". Estas palabras del director son importantes, porque si se quita una primera parte y dos o tres escenas posteriores, "Gabrielle" puede considerarse una obra de teatro filmada.
Chéreau, que nació en 1944, es considerado uno de los mejores directores de su país. Su película más recordada por la crítica internacional es "La reina Margot" (1994).
Como en otros filmes sobre el genio y la locura, en "Proof" Madden analiza los límites entre ambos estados mentales, centrándose en la escasa comunicación que produce el deterioro físico.
Si bien el estudio es superficial -Madden es inglés, pero la película, estadounidense y, como en muchas de esa nacionalidad, los diálogos son infantiles-, el excelente trabajo de los dos protagonistas (Gwyneth Paltrow y Anthony Hopkins) la saca de la mediocridad.
Se trata de una adaptación de la obra teatral homónima de David Auburn que obtuvo el Pulitzer y un premio Tony en el año 2002.
La base de la cinta es el complejo de culpa que surge en la hija de un matemático famoso que sufre una enfermedad degenerativa en el cerebro, al descubrir una fórmula que su progenitor había buscado vanamente durante años.
Cuando el hombre muere, ella queda vacía de sentimientos e intereses. Con la ayuda de un alumno de su padre, recuperará el interés por la vida.
Como se ha dicho, la actuación de Paltrow y, sobre todo, de Hopkins, es extraordinaria y no sería raro que el actor británico obtuviera un Oscar por esta actuación.
Madden dijo tras la proyección de su filme que "Proof" explora "un misterio cuya solución se encuentra entre las certezas de las matemáticas y las imperfectas y variadas perspectivas de la experiencia humana".
La película más conocida de Madden es "Shakespeare in Love", de 1998.
Tras la historia del amante desconocido de "Intimidad" y el misterioso hermano que protagoniza "Su hermano (Son frere)" -cintas que conquistaron, respectivamente, un Oso de Oro y un Oso de Plata en los Festivales de Berlín de 2001 y 2003-, el director francés Patrice Chéreau adapta en esta ocasión a la pantalla un cuento inesperadamente apasionado del gran escritor Joseph Conrad.
Se trata de "El regreso", en el que la pareja protagonista afronta su incapacidad de comunicarse en el París anterior al estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914.
El hombre -un muy convincente Pascal Greggory- está obsesionado por controlar todo lo que lo circunda y la mujer -extraordinaria la labor de Isabelle Huppert- se siente profundamente insatisfecha.
El drama se desencadena cuando ella intenta fugarse con otro, le deja una carta al marido, pero finalmente no se atreve y regresa al hogar.
Como en todas las películas de Chéreau, la escenografía, los trajes de época y la fotografía están extraordinariamente cuidados. Falla, en cambio, el núcleo de la trama que, al parecer, queda anticuado y pierde fuerza.
La idea de un hombre cultivado para quien su mujer es solamente un objeto de colección podía ser un hecho rutinario a principios del siglo XIX, cuando escribe el relato Conrad. Pero actualmente, la historia corre el riesgo de perder interés por la obviedad de la situación.
En la rueda de prensa posterior al pase, Chéreau dijo que ahora puede reconocer honestamente que con "Gabrielle" pensó en un momento que "estaba luchando por una causa perdida".
Unos meses después, sin embargo, "tenía un guión bien estructurado aunque lo que se decía en los diálogos me parecía demasiado importante y la actuación de los protagonistas, excesivamente perfecta".
"Rodé esta película muy rápido- agregó-, sin pensar demasiado, pero con un intenso sentimiento de pánico. Sentía la necesidad de lanzar este filme como una botella al mar. Sin embargo, me sorprendió enormemente la manera en que respondieron los actores. En la cinta todo fue paradójico: la rodé rápidamente pero la puesta en escena fue muy lenta".
Añadió que en esta cinta "pude utilizar todo lo que el teatro me enseñó". Estas palabras del director son importantes, porque si se quita una primera parte y dos o tres escenas posteriores, "Gabrielle" puede considerarse una obra de teatro filmada.
Chéreau, que nació en 1944, es considerado uno de los mejores directores de su país. Su película más recordada por la crítica internacional es "La reina Margot" (1994).
Como en otros filmes sobre el genio y la locura, en "Proof" Madden analiza los límites entre ambos estados mentales, centrándose en la escasa comunicación que produce el deterioro físico.
Si bien el estudio es superficial -Madden es inglés, pero la película, estadounidense y, como en muchas de esa nacionalidad, los diálogos son infantiles-, el excelente trabajo de los dos protagonistas (Gwyneth Paltrow y Anthony Hopkins) la saca de la mediocridad.
Se trata de una adaptación de la obra teatral homónima de David Auburn que obtuvo el Pulitzer y un premio Tony en el año 2002.
La base de la cinta es el complejo de culpa que surge en la hija de un matemático famoso que sufre una enfermedad degenerativa en el cerebro, al descubrir una fórmula que su progenitor había buscado vanamente durante años.
Cuando el hombre muere, ella queda vacía de sentimientos e intereses. Con la ayuda de un alumno de su padre, recuperará el interés por la vida.
Como se ha dicho, la actuación de Paltrow y, sobre todo, de Hopkins, es extraordinaria y no sería raro que el actor británico obtuviera un Oscar por esta actuación.
Madden dijo tras la proyección de su filme que "Proof" explora "un misterio cuya solución se encuentra entre las certezas de las matemáticas y las imperfectas y variadas perspectivas de la experiencia humana".
La película más conocida de Madden es "Shakespeare in Love", de 1998.