Tom Hanks en la piel de Robert Langdon
La producción de la película “El código Da Vinci” comenzó el miércoles último en París y ya hay expectativa sobre cómo se verá reflejado en el cine el éxito de Dan Brown (más de 25 millones de ejemplares vendidos en 44 idiomas).
¿La recreación cinematográfica será un fiel reflejo del libro original como pasó con “Harry Potter” o el combo director-productor-guionistas-estudio se tomará algunas libertades? Según se infiere de un artículo publicado por el New York Daily News, lo más probable es que suceda lo segundo.
Al parecer, nadie quiere ofender a la iglesia católica, de modo que bajarle el tono al tema anticatólico que el autor le imprimió al libro será una de las misiones del equipo. Tal como cuenta uno de los pocos privilegiados que tuvo acceso a uno de los guiones, “El código Da Vinci” no será una película religiosa. Es más, el Opus Dei no va a tener en el filme un papel preponderante. Para ello, el estudio, Columbia Pictures, contrató a varios asesores expertos en publicidad que se encargarán de manipular toda polémica alrededor de la película.
“Es un thriller entretenido sobre una historia imaginaria”, parece ser la respuesta publicitaria y marketinera que ya pergeñaron en conjunto. Pura ficción “popcorn” para divertirse. Es obvio, Columbia quiere proteger su inversión y, por qué no, generar ingresos como los de las adaptaciones de Harry Potter (970 millones de dólares en las boleterías).
Tom Hanks se pondrá en la piel de Robert Langdon, el profesor de Harvard de simbolismo religioso del libro de Brown, y estará acompañado por un elenco internacional que incluye a Audrey Tautou (Amélie), Jean Reno (La pantera rosa), Ian McKellen (El señor de los anillos), Alfred Molina (El hombre araña 2) y Paul Bettany (Wimbledon).