Liam Gallagher
Los ruidosos hermanos Gallagher están de regreso... ¡Uff! Huele a peligro: dos ingleses exitosos que gozan haciendo escándalos, que adoran ser huraños con la prensa y que venden mucho insultando a otros músicos. Dos rebeldes con talento que claramente no piensan jubilar, por ahora, de su habitual juerga. Porque alcohol, viajes, trasnoche y hasta arriesgados juegos suicidas era el escenario que Oasis necesitaba para gestar un sexto disco.
Bulliciosos, pero concentrados. En las sesiones de grabación nunca faltaron botellas que vaciar, ni diferencias para discutir. "Tomamos. Conversamos. Escuchamos música. Y grabamos demos". Ése fue el nutritivo programa de sus jornadas, que describieron ellos mismos en entrevistas por el mundo.
En el año que transcurrió mientras la banda trabajó en "Don't believe the truth" -el nuevo disco que aparece el 31 de mayo-, el cuarteto pasó por tres estudios grabando retazos en cada lugar: una parte en Londres, otra en la ciudad de Cornwall, en el sudeste de Inglaterra, y la última en el famoso Capitol Studios, de Los Angeles, en Estados Unidos.
El resultado, también en palabras de los hermanos Liam y Noel, fue un puñado de canciones rockanroleras por un lado y, por el otro, algunas suaves "como para las damas". ¿Como para las damas? ¡Ja! ¿Se referirán a esas baladas que han hecho de su música sandía calada en los rankings? Como "Wonderwall", el single de 1995 que conmovió al mundo en el álbum "(What's the story) Morning glory".
Ahora, como primer tema de la nueva placa, ya suena en radios "Lyla", una canción que se había perdido entre tanto desorden y traslado, pero que terminó siendo el primer corte del disco. Noel Gallagher la describió como "la banda sonora" de sus vidas.
Y de la mano de una primera canción, el primer escándalo también salió a flote: el mismo Noel no encontró nada más cool que jugar a caminar por la línea férrea de la localidad de Cornwall (donde grababan). Pero claro, sólo lo hacía cuando los trenes estaban próximos a arrollarlo. Los vecinos de la ciudad denunciaron el extraño hobbie del músico, provocando una batahola mediática en Inglaterra.Es que aparte de fabricar éxitos, los hermanos de Oasis son expertos en romper reglas.
Dos ejemplos: Liam tiene varios dientes postizos producto de una riña que terminó con juicio en 2004. O el odio que siente por su ex amigo Robbie Williams, porque lo trata de bastardo -cada vez que puede- por las revistas.Ahora Oasis sale de gira y dará entrevistas. Pues bien: que se salve quien pueda.